Las personas incorporamos tradiciones, ya sea porque nos hacen sentir cómodas o porque creemos que son buenas para nuestra salud. Sin embargo, a veces no es tan claro o lineal que sean positivas para nuestro bienestar. Por eso, hoy nos preguntamos: ¿hace bien tomarse un té después de comer?
Por un lado, el té —especialmente el verde o el negro— aporta antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño oxidativo. Además, una infusión caliente puede favorecer la digestión, ayudar a aliviar la sensación de pesadez y contribuir a la hidratación después de la comida.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta que el té contiene compuestos llamados taninos, que pueden dificultar la absorción de hierro proveniente de alimentos de origen vegetal. Por eso, para personas con anemia o déficit de hierro, los especialistas suelen recomendar esperar al menos una hora después de comer antes de tomar té, o elegir infusiones sin taninos, como el té de hierbas (por ejemplo, manzanilla o menta).
En definitiva, tomado con moderación, el té después de comer puede ser un hábito saludable, siempre que no se abuse de la cantidad ni se combine sistemáticamente con comidas ricas en hierro si existe riesgo de déficit.
En todos los casos, te recomendamos escuchar a tu cuerpo.