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Hormonoterapia para la menopausia: una decisión de las mujeres

 

La hormonoterapia sistémica sigue siendo el tratamiento más efectivo de los molestos síntomas vasomotores menopáusicos, incluyendo los sofocos. En 2002, los hallazgos iniciales del estudio clínico Women’s Health Initiative (WHI) sobre hormonoterapia mostraban un riesgo elevado de episodios cardiovasculares y de cáncer de mama con esta terapia. Esto provocó un descenso notable del uso de hormonoterapia en las mujeres estadounidenses.

El perfil riesgo-beneficio de la hormonoterapia es complejo. A diferencia de los hallazgos del estudio de la WHI sobre estrógeno-gestágeno, los resultados posteriores del estudio WHI solo con estrógeno en mujeres histerectomizadas no encontró aumento del riesgo de cáncer de mama. Se observó que tanto la terapia estrógeno-gestágeno como la hormonoterapia aumentaron el riesgo de tromboembolia y de ictus, pero bajaron el riesgo de fracturas y diabetes.

El reciente metanálisis “Type and timing of menopausal hormone therapy and breast cancer risk: individual participant meta-analysis of the worldwide epidemiological evidence”, publicado en The Lancet, agrupó los hallazgos de 58 estudios observacionales para evaluar la relación entre hormonoterapia y riesgo de cáncer de mama invasivo.

Todas las presentaciones sistémicas de hormonoterapia menopáusica, incluyendo las que contienen estrógeno conjugado, como estradiol y estradiol transdérmico, estaban asociadas a un riesgo elevado de cáncer de mama. La terapia estrógeno-gestágeno estaba asociada a una elevación más pronunciada del riesgo de cáncer de mama, en comparación con la terapia solo con estrógeno. El tipo de gestágeno no tenía relación con el grado de incremento del riesgo de cáncer de mama. El uso de estrógeno vaginal no estaba asociado a riesgo de cáncer de mama.

A diferencia del metanálisis de estudios observacionales, el estudio clínico WHI solo con estrógeno halló que el estrógeno conjugado no elevó, y de hecho, bajó el riesgo de cáncer de mama en el seguimiento a largo plazo.

¿Cómo podemos explicar las diferencias entre los hallazgos de los estudios aleatorizados WHI y este metanálisis nuevo? En los estudios observacionales se realizan mamografías con más frecuencia a las mujeres que usan hormonoterapia que a quienes no la usan. Por tanto, el sesgo de detección intrínseco en los estudios observacionales puede ser la causa de las diferencias entre los hallazgos del metanálisis y los del estudio de la WHI.

Aunque es comprensible que las mujeres estén preocupadas por el efecto de la hormonoterapia menopáusica en su riesgo futuro de cáncer de mama, las decisiones sobre el uso de dicha hormonoterapia deben tomarse después de conocer toda la información.

En términos absolutos, la mayoría de riesgos asociados a hormonoterapia sistémica es modesta. Y después de 18 años de seguimiento acumulado, los hallazgos de la WHI sobre mortalidad global y mortalidad por cáncer son tranquilizadores, sobre todo para las mujeres que inician la hormonoterapia menopáusica antes de los 60 años.

El cociente de riesgos instantáneos más alto asociado a la hormonoterapia corresponde a un riesgo elevado de tromboembolia venosa, y el uso de estrógeno transdérmico en lugar de oral disminuye o evita este riesgo excesivo.

Para muchas mujeres bien informadas con menopausia reciente y síntomas vasomotores molestos, iniciar hormonoterapia sistémica es una elección prudente.

 

Medscape / Tendencias en Medicina.

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