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Influenza: no confundir con resfrío

 

Las infecciones respiratorias son muy frecuentes y generalmente están provocadas por virus. Sin embargo, la gripe o influenza es una enfermedad específica,  que puede generar complicaciones graves. Lo más importante, es que se puede prevenir a través de la vacunación.   

Tipos de Virus de Influenza

Hay tres tipos principales de virus de influenza: A, B y C. Los tipos A y B causan brotes generalizados de influenza casi todos los años. Los virus de influenza A y B cuentan con dos glucoproteínas de superficie: la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA). Los virus de influenza A se dividen en función de las diferencias de sus glucoproteínas superficiales y los genes que las codifican. Se han identificado: • 15 subtipos HA (H1-H15) y • 9 subtipos NA (N1- N9).

En cuanto a los virus de influenza B, desde 1985, circulan a nivel mundial dos linajes con características antigénicas distintas. Si bien los virus de la influenza B se clasifican dentro de un sólo tipo de influenza, pueden incluirse en dos linajes filogenéticos de características antigénicas diferenciadas, en función de la divergencia en el dominio de HA1 del gen vírico de la hemaglutinina: • tipo B/Victoria/02/87 y • tipo B/Yamagata/16/88. Los virus de tipo C se detectan con mucho menos frecuencia y suelen causar infecciones leves, por lo que su impacto en la Salud Pública es menos importante.

Epidemias de influenza

Las pandemias y las epidemias de influenza en los seres humanos surgen como resultado de cambios en las glucoproteínas de superficie que se denominan “cambio antigénico” (variación mayor) y “deriva antigénica” (variación menor).  La vacunación es el medio principal para prevenir la influenza.  La aparición de brotes repetidos de influenza A y B en los períodos interpandémicos se debe a una acumulación de mutaciones de genes que afectan a la naturaleza antigénica de HA y NA, la denominada “deriva antigénica”, que permite que el vi – rus evada el reconocimiento inmunitario. Con la “deriva antigénica”, se desarrollan nuevas cepas del virus influenza que se relacionan antigénicamente con las que circularon en las epidemias previas. Las tasas de deriva antigénica dependen de la estabilidad genética del virus y de la presión inmunitaria.

No hay que confundir “resfrío”, generalmente benigno y sin complicaciones con la «gripe o influenza»: esta puede ser grave por las complicaciones que genera, particularmente en personas en situación de riesgo: embarazadas, adultos mayores, personas con otras enfermedades o disminución de la inmunidad.

¡Vacúnese! y siempre consulte a su médico.

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