La eritropoyetina (EPO), un medicamento para la anemia, podría atenuar la progresión severa de COVID-19, según investigadores del Instituto Max Planck de Medicina Experimental en Gotinga (Alemania),
quienes señalan que el factor de crecimiento podría mitigar la progresión grave de la enfermedad y proteger a los pacientes de los efectos neurológicos a largo plazo cuando el virus Sars-CoV-2 ataca el cerebro.
Los reportes de casos iniciales indican un efecto positivo de la EPO. Por este motivo, los investigadores están planeando un ensayo clínico aleatorizado para investigar sistemáticamente los efectos del tratamiento con EPO en pacientes con Covid-19.
A finales de marzo, un paciente con síntomas graves de Covid-19 ingresó en un hospital iraní. Debido a que el paciente también tenía anemia severa, los médicos le recetaron el factor de crecimiento hematopoyético EPO. Siete días después del inicio del tratamiento, el paciente fue dado de alta del hospital.
Otra indicación del papel protector de EPO en el caso de Covid-19 proviene de América del Sur, donde la enfermedad grave es más rara en las regiones más altas que en las tierras bajas. Esto puede deberse a que las personas que viven en altitudes más altas sintetizan más EPO y están mejor adaptadas a la deficiencia de oxígeno porque tienen más glóbulos rojos. ¿Podría la EPO haber contribuido a la rápida curación del paciente iraní y podría también explicar la frecuencia diferente de la enfermedad en América del Sur?
Los pacientes con diálisis tratados con ella responden mejor
Los investigadores sospechan una conexión entre la administración de EPO y la progresión leve de la enfermedad. Se ha observado que los pacientes de diálisis resisten Covid-19 notablemente bien, y son precisamente estos pacientes los que regularmente reciben eritropoyetina.
La EPO se libera como una reacción natural a la deficiencia de oxígeno. La molécula estimula la formación de glóbulos rojos y, por lo tanto, mejora el suministro de oxígeno al cerebro y los músculos.
Estudios experimentales en animales sugieren que la EPO actúa en áreas del tronco encefálico y la médula espinal que controlan la respiración. Como resultado, la respiración mejora cuando hay una deficiencia de oxígeno. EPO también tiene un efecto antiinflamatorio sobre las células inmunes y, por lo tanto, podría atenuar la respuesta inmune frecuentemente exagerada en pacientes con Covid-19, y podría proteger contra los síntomas neurológicos y los efectos a largo plazo de la enfermedad, como dolores de cabeza, mareos, pérdida del olfato y el gusto y convulsiones.
Los efectos protectores de la EPO se han demostrado en animales, así como en numerosos estudios en humanos con diversos trastornos cerebrales. Desafortunadamente, las compañías farmacéuticas tienen un interés limitado en financiar más estudios sobre ingredientes activos aprobados, como la eritropoyetina, para los cuales ha expirado la protección por patente.
Dado que actualmente no hay ni una vacuna ni un medicamento para la enfermedad, se está preparando un estudio para investigar el efecto de la eritropoyetina en Covid-19 en humanos.
Info Salud/ Farmanuario.

