La cebolla es un alimento que se usa diariamente en la cocina, pero del que se desconocen muchos de los beneficios o propiedades que aportan a la salud.
¿Qué proporciona la cebolla a la salud?
Como casi todas las frutas y verduras,
la cebolla posee un alto porcentaje en agua, además destaca su bajo contenido en calorías, unas 40 por cada 100 gramos de cebolla.
Entre sus propiedades, aporta un 25 % de la cantidad diaria recomendada de vitamina C y un 20 % de vitamina K. Aunque siempre se relaciona el calcio con los lácteos, contiene un 15% de la cantidad diaria recomendada de este mineral. A pesar de no ser tan esencial como las vitaminas o los minerales, la cebolla aporta fitoquímicos de tipo flavonoide, en concreto quercetina.
Sus beneficios para la salud
1. Sistema inmune
La quercetina de la cebolla tiene un beneficio concreto: refuerza el sistema inmune. Por ello, junto a su contenido en vitamina C es un producto que permite al consumidor mantenerse sano y fuerte.
El aumento de las defensas, su poder antioxidante y la prevención de daños en el ADN son características generales de los fitoquímicos.
2. Huesos fuertes y sanos
Que la cebolla contenga cantidades considerables de calcio, junto a su porcentaje de vitamina K, provoca que su consumo ayude al mantenimiento de los huesos y a la prevención de enfermedades óseas como la osteoporosis.
3. Enfermedades respiratorias
La cebolla contiene compuestos azufrados; su sustancia volátil al cortarla es lo que produce irritación en los ojos. Por ello, tradicionalmente, se usaba para las vías respiratorias por su efecto mucolítico y expectorante. No está clara la cantidad necesaria para obtener ese beneficio, por lo que son preferibles los métodos eficaces y prescritos por médicos para combatir estas enfermedades.
4. Disminución del colesterol
Los compuestos azufrados ayudan a disminuir el colesterol y la presión arterial.
Variedades de la cebolla y restricciones
Entre la cebolla morada y la negra existen algunas diferencias. En la primera variedad destaca una mayor presencia de fitoquímicos, mientras que de la segunda presenta menor contenido en compuestos azufrados, pero una mejor absorción de estos.
La única restricción que podría tener sobre su consumo es para aquellas personas a las que les puede resultar indigesta por tener la enfermedad de Crohn, problemas de colon o de acidez. Para digerirla mejor, recomienda consumirla una vez cocinada.
Aún así, a las personas que no les afecte de manera negativa, se recomienda consumirla sin cocinar, dado que con la cocción se reduce su contenido en vitamina C, en fitoquímicos o en compuestos azufrados.
EFESalud / Farmanuario.