La inhibición de la acidez gástrica puede realizarse de tres maneras:
La más rápida y menos duradera es a través de la utilización de antiácidos que vienen generalmente en forma de soluciones bebibles y neutralizan la acidez; la segunda es bloqueando los receptores llamados H2 a través de sustancias específicas como la ranitidina y la famotidina, la tercera es inhibiendo su formación a través de la inhibición de una bomba llamada bomba de protones.
Históricamente la utilización de los dos primeros en forma aislada o conjunta, sólo brinda soluciones transitorias, útiles aún, frente a cuadros banales y pasajeros.
En la historia de la Gastroenterología, y de la medicina en general, podemos decir que la aparición de los inhibidores de la bomba de protones, cuyo fundador fue el viejo y aún vigente omeprazol, marcaron un antes y un después.
Desde la aparición de los bloqueadores de la bomba de protones, fármacos estos cuyos nombres genéricos terminan en prazol (omeprazol, lansoprazol, rabeprazol, pantoprazol, esomeprazol, dexlansoprazol, pantoprazol magnésico, etc), la efectividad y seguridad de estos fármacos, los hace únicos e incluso son capaces de actuar plenamente sin necesidad de asociarse con otros fármacos.
Su uso se ha generalizado en el mundo, debido a que inhiben la acidez de modo irreversible y su efecto es más prolongado. Son uno de los grupos farmacológicos más recetados a nivel mundial y por tanto, con mayor rendimiento económico en el Sistema Nacional de Salud.
Actualmente se estima, que alrededor del 60-70% de las personas que consumen prazoles, no poseen una indicación formal, pero la sensación de bienestar provocada y la amplia dieta que posibilitan, sumado a su venta libre, llevan al consumo masivo. Éste no es un problema menor, debemos educar a nuestra población, sobre la importancia del uso consciente y racional, de los prazoles.
Cualquier medicamento utilizado con una correcta prescripción puede llevar al control o curación de una enfermedad, pero usado de manera incorrecta, puede tener efectos adversos serios. Esto no necesariamente significa, que ese fármaco, pase a ser un mal fármaco.
En los últimos años, se ha intentado frenar ese consumo, a través de la adjudicación a estos fármacos de posibles efectos adversos serios, que han llegado a crear cierta alarma social. Se agrega incluso, la información inadecuada que también ha alcanzado al cuerpo médico, quienes modifican estas prescripciones por fármacos de menor efectividad y consecuencias más serias, que generan un costo aún mayor, al sistema de salud.
La Sociedad de Gastroenterología del Uruguay, ha decidido adoptar una postura institucional responsable, ante estos hechos. Por ello, nos hemos planteado como objetivo, revisar la múltiple literatura disponible y consensuar con el resto de los actores, partiendo desde la cátedra hasta las diferentes sociedades de especialidades involucradas (Medicina Interna, Nefrologia, Cardiología, Reumatología, Hematología, Neurología, etc). Por otra parte, esta Comisión Directiva asume la responsabilidad durante su ejercicio, de mantener actualizada la información y frente al surgimiento de nuevas evidencias, reafirmar o corregir su posicionamiento.
Los múltiples trabajos realizados concluyen que los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son fármacos seguros, siendo los beneficios de su utilización a corto o largo plazo, mayores que los posibles efectos secundarios, siempre que estén indicados, que se utilicen en dosis adecuadas y por tiempos bien establecidos. Incluso hay situaciones en las cuales la utilización de inhibidores, es aconsejada para toda la vida del individuo, sin que esto conlleve hasta la fecha, riesgos mayores.
La garantía más importante que se tiene referente a los IBP, es que la FDA (Food Drug Asociation) y la EMA (European Medication Agency) mantienen su aprobación para estos fármacos e incluso en Estados Unidos y en la mayoría de los países europeos, son medicamentos de venta libre. Es reconocido el prestigio y la seriedad de ambas agencias y exigen, para la aprobación de un fármaco, dos requisitos fundamentales: eficacia y seguridad.
La Sociedad de Gastroenterología del Uruguay, en base a lo expuesto y en sintonía con sociedades similares de otros países, desea expresar, en relación a los inhibidores de la bomba, que son un grupo farmacológico seguro, con efectos adversos de leve entidad.
Los inhibidores de la bomba de protones, deben ser utilizados a conciencia, con indicaciones precisas, a la dosis adecuada, durante el tiempo necesario y debieran ser vendidos bajo prescripción médica.
Sociedad de Gastroenterología del Uruguay.

