La transferencia de embrión congelado no demostró un beneficio claro con respecto a la transferencia de embrión fresco entre mujeres infértiles sin síndrome de ovario poliquístico, de acuerdo con dos estudios publicados en versión electrónica el 10 de enero en TheNew England Journal of Medicine.
En el primer estudio, el Dr. Yuhua Shi, Ph. D., del Center for Reproductive Medicine del Shandong Provincial Hospital – Shandong University, en Shandong, China, y sus colaboradores asignaron de manera aleatoria a 2.157 mujeres de 19 centros para recibir transferencia de un embrión fresco o transferencia de un embrión congelado durante su primer ciclo de fecundación in vitro. Las mujeres reclutadas tenían entre 20 y 35 años, y se excluyó a las que tenían diagnóstico de síndrome de ovario poliquístico o un trastorno médico relacionado con desenlaces adversos del embarazo. El criterio principal de valoración fue el nacimiento del producto vivo.
El Dr. Shi y sus colaboradores no encontraron diferencia significativa en la tasa de nacidos vivos entre el grupo que recibió embrión congelado y el que recibió embrión fresco (48,7% y 50,2%, respectivamente; riesgo relativo [RR]: 0,97; IC 95%: 0,89 – 1,06; p = 0,50).
Sin embargo, los autores notaron que las mujeres que recibieron transferencia de embrión congelado tuvieron menos riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica moderada o grave, en comparación con las que recibieron transferencia de embrión fresco (0,6% frente a 2,0%; RR: 0,32; IC 95%: 0,14 a 0,74; p = 0,005).
Cabe hacer notar que un estudio realizado por este mismo grupo de investigadores demostró previamente que la transferencia de embrión congelado tenía un efecto favorable sobre la tasa de recién nacidos vivos entre mujeres con síndrome de ovario poliquístico. Los autores plantean la hipótesis de que uno de los motivos de esta diferencia puede ser «el ambiente uterino desfavorable después de la transferencia de embrión fresco en mujeres con síndrome de ovario poliquístico, tal y como se muestra con una tasa mucho más baja de recién nacidos vivos, en general, en el estudio previo que en el presente estudio».
El segundo estudio, dirigido por el Dr. Lan N. Vuong, Ph. D., de la University of Medicine and Pharmacy, en Ciudad Ho Chi Minh, Vietnam, incluyó a 782 mujeres que recibieron su primer o segundo ciclo de fecundación in vitro y que eran infértiles por motivos diferentes al síndrome de ovario poliquístico. Las mujeres fueron asignadas de manera aleatoria para recibir una transferencia de embrión congelado o embrión fresco. El criterio principal de valoración de este estudio fue el embarazo existente, y el criterio secundario de valoración fue el nacimiento del producto vivo.
Los investigadores no encontraron diferencias significativas en las tasas de nacidos vivos entre el grupo con embrión congelado y el grupo que recibió embrión fresco (33,8% y 31,5%, respectivamente; RR: 1,07; IC 95%: 0,88 – 1,31).
Asimismo, no hubo diferencia significativa en la tasa de embarazo persistente, que ocurrió en 36,3% de las mujeres (142/391) en el grupo que recibió embrión congelado y en 34,5% de las mujeres (135/391) del grupo que recibió embrión fresco (p = 0,65).
El Dr. Vuong y sus colaboradores tampoco encontraron diferencia entre los grupos en cuanto a la tasa de complicaciones del embarazo, incluido el síndrome de hiperestimulación ovárica. Sin embargo, hacen notar que «la frecuencia de esta complicación fue muy baja en nuestro estudio», y que no se incluyeron mujeres con alto riesgo de esta complicación.
Los investigadores en ambos estudios también señalan que las diferencias en las características del embrión, las técnicas de preservación, las condiciones uterinas y la introducción de sesgo como resultado de la falta de enmascaramiento pueden dificultar la comparación entre los estudios.
Para ver el estudio del Dr. Yuhua Shi, click aquí.
Para ver el estudio del Dr. Lan N. Vuong, click aquí.
Fuente: Medscape.