Es muy probable que, ya sea por experiencia propia o cercana, hayas escuchado hablar de la laparoscopía. Pero, ¿qué es? ¿cuándo se aplica? ¿y qué implica? A continuación, en Portal Salud nos proponemos responder a esas y otras preguntas.
Lo primero que hay que saber es que se trata de una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite explorar y tratar órganos dentro del abdomen mediante pequeñas incisiones. Precisamente, a través de una de estas incisiones se introduce un laparoscopio, un tubo delgado con una cámara en su extremo que proyecta imágenes en un monitor y guía al cirujano durante el procedimiento.
¿Sabías que la laparoscopía se utiliza tanto con fines diagnósticos como terapéuticos? Es común en casos de dolor abdominal crónico, endometriosis, infertilidad o sospecha de enfermedades como apendicitis o quistes ováricos. También se aplica para realizar cirugías como la extirpación de la vesícula biliar, ligadura de trompas, histerectomías o reparación de hernias.
Entre sus ventajas se destacan la recuperación más rápida, menor dolor postoperatorio, menor riesgo de infecciones y cicatrices más pequeñas en comparación con la cirugía abierta. Así las cosas, la mayoría de los pacientes puede retomar sus actividades cotidianas en pocos días.
Pero hay que tener presente un reparo: no todos los casos son aptos para laparoscopía. Algunas condiciones médicas o complicaciones anatómicas pueden requerir cirugía tradicional.
