¿Alguna vez te imaginaste que un perro pueda usar lentes? Aunque parezca de cuento, ¡son una realidad! Y es que los perros también sufren de patologías que afectan su salud visual.
Al igual que las personas, los perros pueden sufrir patologías como cataratas, glaucoma, degeneración de retina o queratoconjuntivitis seca. Estos problemas afectan su calidad de vida, ya que dificultan la orientación, generan inseguridad y, en algunos casos, dolor.
Frente a ello, la medicina veterinaria ha avanzado en diagnósticos más precisos y tratamientos que incluyen desde cirugías hasta el uso de lentes especiales. Estos dispositivos claramente no buscan cumplir una función estética, sino que están diseñados para proteger los ojos tras una intervención, filtrar rayos UV, reducir el deslumbramiento o mejorar la visión en casos de opacidades.
Existen incluso lentes de contacto terapéuticos, utilizados para mantener la humedad ocular o favorecer la cicatrización corneal.
Además, se han desarrollado gafas protectoras para perros activos o de trabajo, que previenen lesiones por polvo, viento o radiación solar.
Si bien no todos los animales los requieren, los lentes se han convertido en una herramienta útil dentro de la oftalmología veterinaria. ¿Lo sabías?
