Quienes ya lo practican, no necesitan recordatorios. Porque sus beneficios son claros, evidentes y notorios. ¡Nadar es sumamente positivo para el cuerpo! Pero hoy nos proponemos poner la lupa en un aspecto en particular: los beneficios de esta actividad para la respiración.
Nadar es una de las actividades más completas y recomendadas para mejorar la salud respiratoria: se fortalecen los músculos involucrados en la respiración, como el diafragma y los intercostales, lo que permite aumentar la capacidad pulmonar y optimizar el intercambio de oxígeno.
Además, la presión del agua sobre el pecho genera una leve resistencia que obliga a los pulmones a trabajar con mayor esfuerzo, favoreciendo su expansión y elasticidad.
Otro beneficio es el control de la respiración que exige nadar: coordinar brazadas y respiración enseña a inhalar profundamente y a exhalar de forma controlada, algo que puede ayudar a personas con asma o ansiedad a manejar mejor episodios de falta de aire.
Asimismo, al nadar se mejora la circulación, lo que facilita la llegada de oxígeno a los tejidos y órganos.
En tanto, la natación contribuye a reducir la frecuencia respiratoria en reposo, haciendo que la respiración sea más profunda y eficiente.
Y vos, ¿practicás natación? ¿sentís sus beneficios?