Un estudio revela que ciertas señales auditivas pueden ayudarnos a reconocer objetos con mayor precisión.
Si vemos un pájaro y escuchamos el canto de un pájaro, rápidamente identificamos que se trata de un pájaro. Y es que nuestro cerebro rara vez reconoce los objetos exclusivamente por lo que ven nuestros ojos, sino que se suma todo un abanico de fuentes como el contexto, nuestras experiencias previas y cualquier información adherida, como el sonido.
Ahora, un nuevo estudio experimental muestra que lo que vemos también puede ser modificado por los sonidos que escuchamos al mismo tiempo, lo que significa que los sonidos pueden alterar la forma en que percibimos las señales visuales.
Según la investigación, las señales de audio relevantes pueden ayudarnos a reconocer objetos con mayor rapidez y precisión, pero también pueden alterar nuestra percepción visual ya que el cerebro utiliza la entrada de audio para ayudarnos a decidir qué estamos viendo exactamente: ¿es un pájaro? ¿es otro animal? ¿es el sonido de un móvil?
“Tu cerebro gasta una cantidad significativa de energía para procesar la información sensorial del mundo y darte esa sensación de una percepción completa y sin fisuras”, dijo el autor principal del estudio, Jamal R. Williams, de la Universidad de California en San Diego. “Una forma de hacerlo es haciendo inferencias sobre qué tipo de información se debe esperar”.
«Incluso cuando las personas confían en su percepción, los sonidos los alteraron de manera confiable alejándolos de las verdaderas características visuales que se mostraron», apuntan los autores.
Los investigadores realizaron tres experimentos en los que a los participantes se les mostraban imágenes ambiguas de objetos transformándose en otros objetos. Descubrieron que los participantes hacían su selección de morfología de objeto más rápidamente cuando escuchaban sonidos relacionados (frente a los no relacionados) y cambiaban su selección de morfología de objeto para que coincidiera más con los sonidos relacionados que escuchaban según el objeto que se les había mostrado.
«Descubrimos que esta priorización no es puramente facilitadora y que su percepción del objeto visual es en realidad más parecida a la de un pájaro que si hubiera escuchado el sonido de un avión volando por encima», apuntan.
En conjunto, estos hallazgos sugieren que los sonidos alteran la percepción visual solo cuando la entrada de audio y visual ocurren al mismo tiempo, concluyeron los investigadores.
Fuente: muyinteresante.com