Un antecedente de degeneración macular relacionada con edad, trombocitopenia, trombosis o hemorragia conlleva más riesgo de morbilidad y mortalidad por COVID-19, señalan nuevos datos.
Los hallazgos surgen de la investigación dirigida a descubrir formas específicas en que la desregulación inmunitaria contribuye a la COVID-19 más grave. En este caso, al parecer al menos en parte el SARS-CoV-2 compromete las cascadas del complemento y de la coagulación, de cuyos detalles moleculares se tienen algunos indicios y se están investigando activamente, que a su vez dan lugar a que nuestro sistema inmunitario se vuelva en nuestra contra.
Los resultados del estudio “Immune complement and coagulation dysfunction in adverse outcomes of SARS-CoV-2 infection” fueron publicados el 3 de agosto en la versión electrónica de Nature Medicine.
Los investigadores evaluaron 11.116 pacientes con infección sospechada por SARS-CoV-2 en un estudio observacional retrospectivo. Los pacientes acudieron al New York-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center entre el 1 de febrero y el 25 de abril. Un total de 6.398 (58%) resultó positivo en las pruebas.
La media de edad de los participantes era de 52 años, y 45% del género masculino. Casi 27% tenía arteriopatía coronaria; 13% padecía diabetes de tipo 2 y 12% tenía obesidad. Un total de 88 pacientes tenía antecedente de degeneración macular; 4 trastornos de deficiencia del complemento, y 1.179 presentaban trastornos de la coagulación. Los investigadores consideraron un antecedente de degeneración macular como indicador de trastornos de activación del complemento.
Los riesgos asociados con degeneración macular y trastornos de la coagulación, incluida la ventilación mecánica y la muerte, fueron independientes de edad, género o antecedente de tabaquismo.
Notablemente, no se encontraron datos de que el antecedente de tabaquismo (pasado o activo) fuera un factor de riesgo significativo para la ventilación mecánica o mortalidad.
Entre los participantes con antecedente de degeneración macular, 14 fueron intubados y 22 fallecieron.
Se realizó la caracterización genética transcripcional. Este análisis reveló respuestas inflamatorias mediadas por interferón de tipo 1 e interleucina-6 que intervienen en las vías del complemento y la coagulación.
Asimismo, los investigadores identificaron variantes genéticas potenciales en estas vías asociadas con la COVID-19 más grave. Sin embargo, los hallazgos genéticos requerirán más investigación para confirmarse.
Pese a los avances, sigue siendo prematuro modificar la práctica clínica. Aunque hay indicios de que los tratamientos existentes dirigidos al complemento y la coagulación pueden ofrecer perspectivas favorables para los pacientes con COVID-19, esos estudios se encuentran en las fases iniciales y aún no hay resultados concluyentes.
Medscape / Tendencias en Medicina.