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Moléculas antiedad para combatir el envejecimiento

A lo largo de los años, la industria cosmética ha evolucionado mucho. Cada día más, las formulas y los productos tienen alto nivel de desarrollo y aplican el conocimiento científico y la innovación de las últimas tecnologías para lograr resultados verdaderamente sorprendentes.

Hoy por hoy, dentro de los cuidados de la piel y las herramientas para tratar el envejecimiento existe aparatología, técnicas de relleno, inyecciones, y otros procedimientos más o menos invasivos… Sin embargo, hay tres moléculas que llevan más de 30 años siendo las más elegidas por las propuestas dermatológicas para mejorar la calidad de la piel y contrarrestar los signos del paso del tiempo en nuestro organismo, particularmente sobre la piel. El ácido hialurónico, la vitamina C y el retinol son moléculas que en todas sus variantes y concentraciones siempre están presentes en los tratamientos antiedad, ya sea por su probada evidencia científica, su excelente capacidad de regeneración y recuperación visible, y su tolerancia.

Ácido hialurónico

El ácido hialurónico es una molécula compleja que se encuentra naturalmente en nuestro organismo, especialmente en la piel. Cumple diversas funciones, pero una de las más importantes es la de captar y retener agua. Una sola molécula de ácido hialurónico puede contener hasta mil veces su propio peso en agua. En la piel se encuentra en forma libre en la epidermis formando parte de los llamados factores naturales de hidratación. A nivel de la dermis conforman estructuras de sostén de la matriz extracelular, también reteniendo partículas de agua que aportan volumen y como consecuencia dan un efecto de relleno. ​

Su excelente capacidad hidratante, su gran efecto antiedad y su buena tolerancia han popularizado el uso de esta molécula, presente en la fórmula de gran variedad de productos de tratamiento, cremas e incluso cosméticos capilares y maquillajes. La tecnología aplicada en medicina estética, por ejemplo, permite que un ácido hialurónico utilizado para rellenar arrugas tenga una estructura reticulada que permite que dure más en la piel y se absorba de manera más lenta. Cuando es aplicado de manera tópica en concentraciones altas es capaz de contrarrestar el efecto del envejecimiento en la piel, en particular la formación de arrugas. Esto se atribuye directamente a la capacidad de reemplazar el volumen de líquido perdido. Además, está demostrada su eficacia para el aumento de producción de colágeno, sustancia fundamental para el sostén y elasticidad del tejido cutáneo.​ Incluso reactiva la síntesis del ácido hialurónico propio activando su producción natural, mejorando así la piel de manera duradera.

Es importante aclarar que no todos los productos que lo contienen logran el mismo efecto. La estructura molecular es determinante, ya que se trata de una molécula compleja y de gran tamaño. En una crema de tratamiento tópico podemos encontrar una función meramente hidratante superficial o una fragmentación que posibilite su penetración de manera más profunda.

Vitamina C

Hay 13 vitaminas que son indispensables para el cuerpo, entre ellas, la vitamina C ocupa un lugar muy importante. La población humana perdió la capacidad de sintetizar esta vitamina durante la evolución; y por esta razón es indispensable compensar esta incapacidad mediante su absorción a través de los alimentos. Las principales fuentes de vitamina C son las frutas ácidas como los cítricos, y en menor cantidad las verduras como el brócoli, la coliflor o la espinaca.

La vitamina C es otro de los activos referente a nivel dermatológico, se encuentra naturalmente en el cuerpo, pero también es un ingrediente muy usado de manera tópica u oral como suplemento, ya que posee una acción antioxidante contra el impacto del estrés oxidativo. Es capaz de atrapar los radicales libres que provienen del oxígeno y neutralizarlos. Esto genera un efecto protector a las células evitando el daño en su ADN. Incluso ejerce un papel protector contra la oxidación de los lípidos epidérmicos, interviniendo también en la síntesis de los mismos, en particular las ceramidas. La vitamina C además es conocida por aumentar la síntesis de colágeno, el componente esencial de la dermis. También juega un papel en la pigmentación y tiene una actividad exfoliante, lo que favorece una tez más homogénea y luminosa.

La forma más pura de esta molécula es el ácido ascórbico. Esta se deteriora rápidamente en contacto con el oxígeno atmosférico en solución acuosa y el calor acelera su oxidación. Por lo tanto, es una vitamina particularmente inestable, motivo por el que muchos productos tópicos usan derivados que si bien tienen mayor estabilidad suelen ser menos efectivos. Aquellos productos que la contienen en estado puro son más lábiles pero su eficacia es muy superior.

Retinol

El retinol es una molécula que al igual que todos los retinoides deriva de la vitamina A, que está presente de forma natural en la piel. Es una molécula muy usada en la industria cosmética por su gran efecto y sus múltiples usos e indicaciones. Tanto la vitamina A como todas sus variantes llamadas retinoides, se clasifican según su acción y su potencia en formas más o menos activas. Entre las versiones más potentes encontramos al ácido retinoico, el adapaleno o las tretinoinas, y sus precursores más tolerados aplicados en forma tópica son el retinaldehido y el retinol.

Los retinoides en general usados de manera tópica tienen una acción renovadora de la piel, acelerando su descamación y mejorando su textura de manera significativa. Estos son capaces de generar una estimulación de la piel activando la recuperación del colágeno y la elastina a nivel de la dermis, por lo que resultan excelentes tratando los efectos del paso del tiempo. Por su acción exfoliante y su capacidad de interactuar en la transferencia del pigmento de la piel, los retinoides son una buena alternativa para despigmentar y aclarar las manchas. Además, son capaces de regular la secreción de sebo y contribuyen a desincrustar los folículos, siendo elegidos también como base de los tratamientos contra el acné.

En general, estas moléculas ofrecen grandes beneficios, pero pueden generar algún efecto adverso como una ligera irritación inicial dependiendo de la sensibilidad de la piel, el tipo de producto utilizado y la concentración o frecuencia aplicada. Actualmente, existe una nueva generación de productos que permiten formulaciones de mejor tolerancia incluso para aquellas pieles más reactivas. Un ejemplo de ello es la tecnología de liberación prolongada  que permite dosificar de mejor manera el activo que garantiza menos irritación y su eficacia sigue siendo excelente.

Esta famosa triada de moléculas logra cambios visibles sobre la piel. Si bien sus concentraciones y formas pueden variar, es en su estado más puro que se convierten en excelentes aliadas para el tratamiento de los signos del paso del tiempo. Pueden usarse solas o combinadas entre sí, incluso trabajar de manera sinérgica para potenciarse entre ellas. La combinación y la concentración ideal para cada persona dependerá de su edad, tipo de piel y afección que necesite tratar. Cualquiera sea la fórmula elegida siempre es indispensable complementar la rutina de cuidados con una protección solar de amplio espectro durante las 24 horas, todos los días del año.

Por Gimena Pedrosa, representante de Relaciones Médicas de L’Oréal Uruguay.

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