La obesidad durante el embarazo puede comprometer y mucho la salud del bebé a la hora de nacer y también cuando ya es adulto; por eso, cada vez más los especialistas recomiendan a las mujeres obesas llevar a cabo una dieta antes de concebir. En paralelo con la población, las embarazadas con problemas de peso están aumentando en España.Casi el 40% de las personas entre 25 y 64 años padecen sobrepeso y más de un 20% de obesidad, según un reciente estudio de la Sociedad Española de Cardiología.
Los fetos de mujeres que son obesas tienen mayor riesgo de malformaciones:
- cardiopatías,
- labio leporino,
- defectos en el cierre de la pared abdominal,
- reducción de miembros,
- hidrocefalia y
- espina bífida.
“Todas estas malformaciones están aumentadas alrededor de dos veces con respecto a mujeres con peso normal”, explica el Doctor José Bellver, Especialista en Medicina Reproductiva de la Clínica IVI Valencia.
Según el especialista, estas malformaciones se producen porque las alteraciones metabólicas, sobre todo el aumento de los niveles de glicemia en la fase de formación de los órganos, “pueden alterar su formación y estas mujeres pueden presentar además un déficit de nutrientes que lleve al aumento de riesgo malformativo”.
Por ejemplo, si el nivel de ácido fólico que llega al feto es menor, hay más riesgo de espina bífida; Bellver destaca la dificultad en el diagnóstico, porque el ultrasonido de las ecografías llega peor al feto cuando la mujer es obesa y pueden pasar inadvertidas malformaciones que en una mujer delgada se observan mejor.
“Una vez que nace el bebé se ha visto que las alteraciones endócrinas y metabólicas en su vida intraútero, pueden conducirle ya de adulto a que desarrolle enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares”, explica.
Recientemente y de acuerdo con Bellver, otros estudios epidemiológicos han comprobado que este ambiente alterado en el que se desarrollan los fetos les puede predisponer también a un mayor riesgo de osteoporosis, a algunos tipos de cáncer, asma, e incluso trastornos del neurodesarrollo, entre los cuales está un riesgo incrementado de autismo.
