Los parches antiinflamatorios son dispositivos transdérmicos diseñados para aliviar el dolor y la inflamación directamente en la zona afectada. Y son una opción terapéutica popular para tratar diversas afecciones musculares y articulares debido a su facilidad de uso y eficacia.
Estos parches contienen medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como el diclofenaco, el ibuprofeno o la lidocaína, entre otros. Los AINEs son conocidos por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias, que ayudan a reducir el dolor y la hinchazón en la zona afectada.
Los parches suelen tener una capa adhesiva que se pega a la piel y una capa que controla la liberación del medicamento.
El funcionamiento de los parches antiinflamatorios se basa en la liberación controlada del medicamento a través de la piel, llegando directamente al tejido subyacente.
A). Aplicación del parche: se coloca el parche sobre la piel limpia y seca en la zona afectada. La adhesión es crucial para asegurar que el medicamento se libere de manera adecuada.
B). Liberación del medicamento: una vez aplicado, el medicamento comienza a liberarse de manera continua y controlada. La capa adhesiva asegura el contacto constante con la piel, permitiendo que el medicamento penetre a través de las capas cutáneas.
C). Absorción y acción local: el medicamento se absorbe a través de la piel y llega a los tejidos subyacentes donde actúa directamente sobre el área inflamada. Esta administración local permite una alta concentración del fármaco en la zona afectada, lo que puede resultar en una acción más rápida y eficaz en comparación con la administración oral.
D). Reducción de la inflamación y alivio del dolor: los AINEs inhiben la producción de prostaglandinas, sustancias químicas en el cuerpo que promueven la inflamación, el dolor y la fiebre. Al reducir las prostaglandinas, ayudan a disminuir la inflamación y aliviar el dolor.