Con la recta final del verano y de las vacaciones, el regreso a clases está a la vuelta de la esquina. Y eso quiere decir que los más chicos de la casa tendrán que volver a colgarse la mochila para volver al salón.
Ante este escenario, es importante ayudar a los niños a hacer una transición suave de la relajación de las vacaciones al ritmo escolar.
Un punto a tener en cuenta es establecer una rutina gradual. Comenzá a ajustar los horarios de sueño y las rutinas diarias una semana antes del regreso a clases. Esto ayudará a que los niños se acostumbren gradualmente a levantarse temprano y retomen sus hábitos escolares.
También es bueno hablar sobre expectativas: mantené conversaciones abiertas sobre el próximo año escolar. Charlá sobre las expectativas, metas y cualquier cambio que puedan enfrentar. Ayudalos a visualizar el regreso a clases de manera positiva.
Una vez que guarden los juguetes de playa, podés preparar un área de estudio tranquila y bien iluminada en casa. Asegurate de que tengan todos los materiales necesarios, como útiles escolares y libros.
Repasar el material escolar junto con ellos, como libros de texto, cuadernos y mochilas, los ayudará a sentirse preparados y emocionados para aprender.
Además, podés planear actividades divertidas para después del primer día de clases, como una salida al parque o una película en familia. Esto les dará algo que esperar y reducirá la ansiedad.