Los antimicrobianos en relación al impacto en geriatría, permiten el tratamiento y la prevención efectiva de las enfermedades infecciosas, colaborando en la prolongación del promedio de vida; permitiendo también realizar maniobras instrumentales y quirúrgicas, antes destinadas al fracaso por su alto riego de infección.
No obstante lo expresado, las enfermedades infecciosas continúan siendo un grave problema sanitario, particularmente dentro de la población geriátrica.
El aumento del número de adultos mayores debido al proceso de envejecimiento de la población, impacta en la causa de morbi-mortalidad infecciosa en este grupo etario. La infección constituye la tercera causa de muerte en los ancianos, siendo a la vez una frecuente causa de internación.
El envejecimiento poblacional
A 80 años del descubrimiento de las sulfamidas y a 75 años del uso a gran escala de la penicilina, uno de los hechos de mayor trascendencia ha sido el envejecimiento de la población.
La esperanza de vida al nacer se ha duplicado pasando de 40 años en 1900 a 83 años para la mujer y 75,7 años para el hombre en el año 2000; ello se debió en gran parte a la reducción de la mortalidad por las enfermedades infecciosas.
El envejecimiento poblacional de acuerdo a la OMS puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socio sanitario.
Uruguay es el país más envejecido de América Latina y el cuarto país más envejecido del mundo.
La infección en el anciano
La predisposición a las infecciones en la población geriátrica se debe a la interacción de factores múltiples, que favorecen la infección y sus complicaciones.
La presentación atípica, oligosintomática e inespecífica es frecuente; con el consiguiente retraso diagnóstico. La ausencia de fiebre también es frecuente, por el contrario su presencia hace muy alta la probabilidad de infección.
Debe sospecharse la presencia de infección frente a cualquier cambio brusco en las constantes vitales, del estado de conciencia, de una alteración de la capacidad funcional del anciano de instalación reciente, sin explicación clara. Es común el debut de un cuadro infeccioso con la presencia de un Síndrome Confusional, la aparición de deterioro funcional físico o mental, la descompensación de patologías crónicas, caídas, anorexia, etc.
Tratamiento antibacteriano
Es de destacar que los ATB actúan sobre células diferentes que las del huésped. Constituyen un tratamiento de tipo etiológico, con fines curativos.
Para que el tratamiento antibacteriano sea eficaz, el antibiótico debe ser capaz de penetrar en la bacteria y fijarse en receptores por tiempo suficiente.
El tratamiento debe ser: de inicio temprano, apropiado y con las dosis adecuadas.
Por las características de esta franja etaria, es necesario el diagnóstico y tratamiento precoz de la infección. En función de ello, la antibioticoterapia inicial es habitualmente de tipo empírico, debiendo iniciarse lo antes posible; idealmente en forma inmediata a la obtención de los cultivos apropiados.
Se deben utilizar los datos microbiológicos teniendo en cuenta el perfil de resistencias y la epidemiología locales, a efectos de seleccionar el tratamiento antibiótico adecuado. En la selección del tratamiento empírico inicial, conviene evitar los antibióticos a los cuales el paciente haya estado expuesto previamente.
En lo posible se seleccionará un antibiótico:
- con acción bactericida,
- de espectro adecuado,
- de posología simple (preferentemente una o dos tomas al día),
- de ser posible de administración por vía oral.
Se prescribirá el antibiótico con una duración que cubra el mínimo tiempo necesario para obtener la curación, considerando los cambios farmacocinéticos y farmacodinámicos que se producen con la edad.
Para conocer más: Tendencias en Medicina Nº48