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Psiquiatría: personalidad antisocial y narcisista

 

Los 10 trastornos de la personalidad más relevantes se clasifican en 3 grupos (A, B y C).

El Dr. Alvaro D´Ottone,  Médico Psiquiatra, ex Profesor Adjunto de Clínica Psiquiátrica y Director de Psiquiatría de CAMEC – Rosario, Uruguay, describe en la revista Tendencias en Medicina los trastornos englobados en el Grupo B: trastornos antisocial, fronterizo, histriónico y narcisista.

Estos tienen como característica común la conducta disruptiva, las explosiones de ira, la intensidad emocional.

 

Trastorno de personalidad antisocial

Es la clásicamente llamada “Personalidad Psicopática”. Los caracteriza el desprecio y violación de los derechos de los demás. Rechazan las normas, la autoridad, la sinceridad, la empatía auténtica, pero de todos modos, algunos son sutilmente seductores. A veces cínicos, otras veces pretenden justificar sus actos. Son irritables, agresivos e impulsivos. No se hacen cargo de responsabilidades (por ejemplo parentales). El trastorno suele ser perceptible desde la infancia o adolescencia temprana a través de actos temerarios, desobediencia, crueldad con animales o pares más débiles. La prevalencia es del 3% entre los varones y de 1% entre las mujeres. Es más frecuente en ambientes marginales.

En la consulta médica, los caracteriza:

  • poco interés real en su salud,
  • pero en cambio recurren a los servicios para obtener beneficios secundarios (licencia, exoneración de otras responsabilidades penales o civiles),
  • intentan manipular al médico desde la seducción o desde la amenaza,
  • pueden utilizar las demandas con la mera finalidad de obtener beneficio económico,
  • en Pediatría, los padres de niños objeto de maltrato suelen ser antisociales.

 

Trastorno de personalidad fronterizo, límite, “borderline” o de “inestabilidad emocional”

Los tres nombres del trastorno que aluden a su ubicación en la frontera, tienen relación con que históricamente se fue delineando como una figura clínica que se asemejaba por momentos a las neurosis (angustia, fobias, conversiones), y en algunos momentos a las psicosis del pensamiento (delirios persecutorios fugaces), y a los trastornos anímicos (episodios depresivos intensos, generalmente breves y reactivos a circunstancias adversas). La intensidad y variabilidad de las emociones está en el origen del cuarto nombre (“inestabilidad emocional”) menos usado pero tal vez más sustancial. Su prevalencia es de 2-3%; afecta más a las mujeres que a los hombres (3 a 1).

Clínicamente, se aprecian 4 áreas alteradas:

  • Disregulación emocional: – cambios de humor frecuentes e intensos. Estos pueden ser espontáneos, pero lo más frecuente es que aparezcan cuando las circunstancias son ansiógenas o adversas. – Ira inapropiada e incontrolable: estas personas, que algunas veces son superficialmente agradables, pueden ante un gesto apenas inamistoso de sus allegados, entrar en crisis de enojo, con gran agresividad verbal, que a veces se convierte en violencia contra objetos, contra sí mismos, o contra otras personas. – Sentimientos crónicos de vacío.
  • Impulsividad : – Autolesiones (es común que se corten, quemen o golpeen como manera de aliviar su tensión y no con propósito de muerte). – Intentos suicidas. – Conducta imprudente (accidentes, toma de riesgos). – Consumo inadecuado de bebidas alcohólicas, fármacos y drogas.
  • Alteración de la percepción y el razonamiento: – Pensamiento paranoide (tienden a culpabilizar a otros de los reveses que experimentan). – Episodios disociativos (amnesia, confusión) o psicóticos (delirios persecutorios) breves, que no dan paso a la instalación de un delirio crónico. – Autoimagen y sentido de sí mismo inestable (su biografía suele estar marcada por múltiples trabajos, carreras iniciadas y abandonadas, rotación por numerosos domicilios o ciudades de residencia).
  • Relaciones interpersonales: – Relaciones interpersonales intensas e inestables: sus vínculos de amor o amistad suelen atravesar etapas de entusiasmo instantáneo y desmedido, que en algún momento dan paso a gran decepción, enojo o rencor. – Pensamiento en blanco y negro: aunque inteligentes y creativos, en relación a la vida práctica les cuesta aplicar los necesarios matices. – Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginario; esta característica alimenta las conductas de manipulación y acoso que las personas con este trastorno ponen en marcha cuando sienten que pueden perder o han perdido el vínculo con sus allegados: un conflicto o ruptura de pareja, el alejamiento de un hijo por casamiento o emigración, el distanciamiento de un amigo, los precipita en un estado de angustia y obsesión que no raramente desemboca en amenazas, cientos de llamadas o mensajes, agresiones, autolesiones e incluso en gestos suicidas.

El fronterizo es el trastorno de personalidad que más llega a las emergencias (intentos suicidas, autolesiones, crisis de angustia o agresividad). Son muy susceptibles a lo que registren como “abandonos” del médico (llegada tarde, licencia imprevista, omisión de una receta). El médico puede sentir rechazo ante sus actitudes pueriles y caprichosas, ante sus conductas de infligirse daño y ante sus gestos suicidas a menudo inconsecuentes, donde parece transparente el mensaje agresivo o implorante a las personas con quienes el paciente está en conflicto.

 

Trastorno histriónico de la personalidad

Son dos los rasgos centrales: emotividad generalizada y excesiva, unida a la permanente búsqueda de llamar la atención. Tienen una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante, una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices. Consideran sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad. Son muy sugestionables. Su conducta suele ser antojadiza; son poco tolerantes a la frustración, la espera y el desengaño.

Su enorme necesidad de llamar la atención se expresa de diferentes maneras:

  • no se siente cómodo si no es el “centro” en los grupos donde participa,
  • utiliza permanentemente el aspecto físico para ganar admiración,
  • sexualmente seductores o provocativos. Su estilo cognitivo es superficial y frívolo.

Evitan el pensamiento reflexivo e introspectivo. Hay negación de sus propias vivencias de ansiedad, depresión u hostilidad.

Intentan manipular al médico a través de:

  • seducción,
  • ganar la simpatía vía halagos y regalos,
  • inspirar compasión cuando la seducción no es viable,
  • presentación hiperdramática de sus padecimientos,
  • intentar instalarse en situación de pacientes “favoritos”.

 

Trastorno narcisista

Las personas que lo presentan se sienten superiores, necesitan admiración y carecen de empatía y de capacidad de amar. Sus sentimientos de superioridad, a menudo se fundamentan en pequeños logros que ellos sobredimensionan. De manera poco razonable, esperan recibir un trato especial, o que se cumplan automáticamente sus expectativas. Buscan deslumbrar a los demás, y creen ser admirados o envidiados; si no obtienen tal admiración, suelen experimentar enojo o amargura. Por su falta de consideración al prójimo, es frecuente que maltraten psicológicamente a sus allegados, en particular a la pareja, los hijos o los subordinados. Por su arrogancia y falta de empatía despiertan rechazo, pero su gran autoestima a veces resulta seductora. En su relación con el personal de salud, dan la impresión de subestimar la capacidad y conocimientos de éste; incluso pueden pretender determinar los pasos que debe dar el clínico, convencidos que de su afección, saben más que el profesional.

 

Tendencias en Medicina.

 

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