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Psiquiatría: personalidad paranoide y esquizoide

 

Los “Trastornos de la Personalidad” determinan un uso importante de servicios de salud en sus etapas de descompensación. La conciencia de enfermedad suele ser escasa, y la relación que establecen con sus médicos puede ser problemática.

Los 10 trastornos de la personalidad más relevantes han sido descritos por el Dr. Alvaro D´Ottone en la revista Tendencias en Medicina, con sus características que impactan en la relación paciente-médico de todas las especialidades.

Los trastornos del grupo A incluyen tres figuras clínicas que evocan las dos grandes psicosis delirantes (esquizo – frenia y paranoia) sin tratarse de personas con francos delirios. Recordando que la esquizofrenia se caracteriza por delirios absurdos, pensamiento disgregado y tendencia a la retracción autística, veremos que los trastornos esquizotípico y esquizoide remedan la tendencia a un pensamiento insólito y oscuro de dicha psicosis en el caso de la esquizotipía, y el aislamiento y la indiferencia en el caso de la esquizoidía. Sin embargo –y por eso no son psicosis– no presentan las fracturas profundas con la realidad, como las propias de la esquizofrenia.

En cuanto al trastorno paranoide de la personalidad, evoca al deliro paranoico en lo que este tiene de vivencia persecutoria, que se desarrolla con un argumento “creíble” y gran adhesión emocional al mismo.

Trastorno esquizotípico

Sus características son:

  • comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar,
  • creencias extrañas o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales, p. ej., superstición, creer en la clarividencia, telepatía o «sexto sentido»,
  • en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas,
  • experiencias perceptivas inhabituales, incluidas ilusiones corporales que pueden constituir el motivo de consulta con médico general o especialistas,
  • pensamiento y lenguaje raros (vago, metafórico, sobreelaborado),
  • suspicacia,
  • afectividad escasa o inapropiada; falta de amigos íntimos,
  • ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización,
  • no padece una psicosis, trastorno anímico con delirio, o autismo. Coloquialmente, se los describe como “raros, pero no locos”; estas personas infunden sorpresa, burla o miedo.

No está claro el límite entre el trastorno esquizotípico y la esquizofrenia, compartiendo ambas enfermedades una posible determinación genética, ya que la presencia de una de ellas en un individuo aumenta la probabilidad de que un familiar padezca alguna de las dos.

En la consulta médica: pueden ser imprecisos u oscuros en la descripción de su motivo de consulta, pueden generar rechazo por su aspecto, por su adhesión a creencias anticientíficas o por la imprecisión del discurso. Sus creencias peculiares muchas veces mediatizan o interfieren su relación con el médico o con el tratamiento.

Trastorno esquizoide de la personalidad

Son personas con un estilo de vida solitario o muy poco integrado; no tienen mayor interés en las relaciones sociales; de pocos amigos, en general sólo socializan con familiares cercanos. Es escasa su empatía y su captación de lo que sienten los otros. Tienen escaso interés amoroso y sexual. No buscan activamente – ni suelen disfrutar – de actividades placenteras. Se los percibe “fríos”, lo cual promueve rechazo y potencia su aislamiento.

En la consulta médica eluden el contacto visual, tienen poca comunicación espontánea, parecen tener ganas de “terminar ya”.

Trastorno paranoide de la personalidad

Los define la desconfianza, la hostilidad y la actitud controladora. Sospechan, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a hacer daño o les van a engañar; tienen dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de la pareja, los amigos y los socios. Sienten que los dichos o hechos de los demás son humillantes o amenazantes, ocultan información por temor a que sea usada contra ellos. Inspiran miedo y rechazo.

En la consulta médica, fácilmente se enojan con el profesional si sienten que no se les resuelve como ellos esperan el motivo de consulta. Muestran gran desconfianza sobre los que se les pregunta o se les indica (exámenes, medicamentos). Suelen estar muy informados sobre aspectos médico-legales; tienen tendencia querellante, amenazan explícita o implícitamente con denuncias o demandas. Rara vez aceptan tratamiento psiquiátrico o psicológico; se ofenden si se les propone; si consultan al psiquiatra es por síntomas comórbidos, problemas legales, de pareja o en su empleo.

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Tendencias en Medicina.

 

 

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