No hay un libro de nombres para denominar fácilmente las enfermedades y sus entidades causales. A lo largo de la historia, e incluso en la era moderna, una serie de consideraciones se ha interpuesto en la decisión sobre cómo llamar a estas enfermedades de la humanidad.
Desde «virus de Wuhan» hasta «nuevo coronavirus-2019» y «virus COVID-19», el nombre del nuevo coronavirus que apareció por primera vez en China ha evolucionado hasta su designación ahora oficial: SARS-CoV-2 (síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2). Pero, ¿de dónde vino el nombre final, cómo y quién lo hace oficial?
Taxonomía de virus
El Grupo de Estudio Coronavirus del International Committee on Taxonomy of Viruses nombró el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 con base en su relación genética con el SARS-CoV original que causó un brote de enfermedad en 2002-2003.
Según este comité,los primeros intentos organizados internacionalmente de introducir el orden en la desconcertante variedad de virus tuvieron lugar en el International Congress of Microbiology celebrado en Moscú, Rusia, en 1966, donde se creó un comité que luego se convirtió en International Committee on Taxonomy of Viruses y se le asignó la tarea de desarrollar un esquema taxonómico único y universal para todos los virus que infectan animales, plantas, hongos, bacterias y arqueas.
La clasificación y nomenclatura de virus están sujetas a reglas establecidas en un código internacional.
Este código designa el sistema universal de clasificación de virus, que emplea los niveles jerárquicos de orden, familia, subfamilia, género y especie.
Muchas de las principales áreas de clasificación se basan en el hecho de que los virus sean ADN o ARN, monocatenarios o bicatenarios, y si tienen una cubierta proteica simple o una envoltura de lipoproteína compleja. Otros niveles de clasificación incluyen especies hospederas, tipo de replicación y tipo de enfermedades que causan, lo que se ejemplifica más adelante en la designación de síndrome respiratorio agudo severo (SARS) para este virus.
Hay 98 grupos de estudio internacionales que cubren los principales órdenes de virus, familias y géneros que forman parte de la International Committee on Taxonomy of Viruses, y fue el grupo dedicado a los coronavirus de ARN monocatenario, el Coronavirus Study Group, el que surgió con el nombre SARS-CoV-2 y lo mencionó por primera vez en su publicación del 11 de febrero en la preimpresión de la revista Harbour bioRxiv, de Cold Springs, Nueva York, Estados Unidos.
Basado en la filogenia, la taxonomía y la práctica establecida, el Coronavirus Study Group reconoce formalmente este virus como hermano de los coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV) y lo designa como coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2).
De acuerdo con el National Center for Biotechnology Information Taxonomy Browser, con respecto al virus CoV SARS original, del cual es pariente, la designación taxonómica completa es: Virus, Riboviria, Nidovirales, Cornidovirineae, Coronaviridae, Orthocoronavirinae, Betacoronavirus, Sarbecovirus.
Actualmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) no usa el nombre científico oficial del virus, simplemente lo etiqueta con respecto a la enfermedad: COVID-19, que se refiere a la enfermedad por coronavirus 2019. Siguen un estándar moderno en el cual los nombres de enfermedades evitan las connotaciones exageradas con personas y lugares, incluso racistas.
Sin embargo, aunque el nombre SARS-CoV-2 evita tales problemas, diferentes consideraciones llevaron a la OMS a rechazarlo en sus discusiones, determinando que su uso lo vincula estrechamente al virus del SARS-CoV-1, mucho más mortal en la mente del público, arriesgando mayor miedo y pánico, especialmente en Asia, donde el SARS-CoV-1 tuvo el mayor impacto.
Todavía está en duda si el resto del mundo adoptará universalmente SARS-CoV-2 como nombre. Si el brote se extiende significativamente más allá de sus límites actuales, el miedo y la confusión, y simplemente la necesidad de una etiqueta que suene más familiar, puede llevar al público en general a adoptar designaciones más coloquiales que las que la ciencia intenta imponer. Eso queda por verse.
Medscape / Tendencias en Medicina.