En la actualidad, las aplicaciones de salud se han convertido en herramientas populares para monitorear el bienestar, desde el control del sueño hasta la medición de la actividad física o la gestión de enfermedades crónicas. Se pueden usar en el celular o incluso en relojes inteligentes. Pero, ¿se puede confiar en ellas?
Si bien muchas apps están basadas en datos científicos y han sido desarrolladas con el apoyo de profesionales de la salud, otras pueden carecer de regulación y ofrecer información poco fiable.
Es fundamental verificar si la aplicación está respaldada por organismos médicos reconocidos y leer reseñas de usuarios y expertos antes de confiar plenamente en sus recomendaciones.
Las apps de salud pueden ser útiles para llevar un registro de hábitos y mejorar la conciencia sobre el propio bienestar, pero no deben reemplazar el diagnóstico ni el tratamiento médico profesional. Es importante usarlas como complemento y, ante dudas o síntomas, acudir siempre a un especialista.
Además, para una mayor seguridad, se recomienda optar por aplicaciones que cumplan con normativas de privacidad y protección de datos, evitando compartir información sensible con plataformas de dudosa procedencia.