Existe una condición médica denominada “síncope vasovagal”. Y se trata de una de las causas más comunes de desmayo. Por eso, es importante saber reconocerlo, en uno y/o en los demás, para saber actuar a tiempo y de forma atinada.
Este episodio se da cuando tiene lugar una caída repentina de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que reduce el flujo de sangre al cerebro. Pese a que suele ser benigno, es importante, como decíamos, saber reconocerlo para actuar a tiempo y prevenir caídas o lesiones.
Los síntomas previos al desmayo, conocidos como pródromos, pueden incluir mareo, visión borrosa o túnel, sudoración fría, náuseas, palidez y sensación de calor.
Algunas personas también experimentan zumbido en los oídos o debilidad repentina.
Estos signos suelen presentarse segundos o minutos antes del desmayo, lo que brinda una ventana de acción para sentarse o recostarse y evitar una caída.
El síncope vasovagal puede desencadenarse por factores como el estrés emocional, el dolor intenso, el calor, estar de pie por mucho tiempo o ver sangre.
Aunque el episodio suele durar pocos segundos, la recuperación es rápida y completa, aunque puede dejar sensación de fatiga.
Recordá que es importante consultar con un profesional si los episodios se repiten o aparecen sin causa aparente.