Es muy común que escuchemos hablar de la toxoplasmosis y su incidencia en las embarazadas. Pero, ¿también puede influir en la salud de los hombres?
La toxoplasmosis es una infección causada por el parásito Toxoplasma gondii, que puede afectar a cualquier persona. Generalmente se adquiere al ingerir alimentos contaminados, carne cruda o poco cocida, frutas y verduras mal lavadas, o al tener contacto con heces de gato infectado.
En la mayoría de los casos, el sistema inmune controla la infección y los síntomas son leves o incluso inexistentes, similares a los de una gripe: fiebre, cansancio, dolor muscular o inflamación de ganglios.
Sin embargo, en hombres con defensas debilitadas, como quienes tienen VIH o reciben tratamientos inmunosupresores, la toxoplasmosis puede ser grave, llegando a afectar órganos como el cerebro, los pulmones o los ojos.
Aunque suele asociarse a riesgos en mujeres embarazadas, también es importante que los hombres conozcan cómo prevenirla: lavarse las manos después de manipular carne cruda, cocinar bien los alimentos, higienizar frutas y verduras y evitar contacto directo con excremento de gatos.