Pacientes pediátricos que se tratan con medicación estimulante para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y que continúan la terapia en etapas posteriores, pueden presentar supresión de la talla en la edad adulta, sin ninguna reducción persistente en los síntomas, indican los resultados de un estudio de seguimiento a largo plazo.
El estudio de tratamiento multimodal del TDAH (MTA) demostró que aunque el número de pacientes pediátricos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad que continuamente recibían tratamiento hasta la edad adulta, era relativamente pequeño, los que continuaban recibiendo esta medicación no mostraron ninguna diferencia en la gravedad de los síntomas, en comparación con los que tomaron descansos del tratamiento o lo suspendieron por completo.
Sin embargo, la talla del adulto promedio de los niños que continuaron el tratamiento fue más de 2 centímetros menor que la de aquellos que lo suspendieron.
Estos hallazgos parecen indicar que «el trastorno por déficit de atención e hiperactividad de inicio en la infancia es un padecimiento crónico con persistencia de los síntomas en la edad adulta, y que el uso extendido de la medicación estimulante desde la infancia hasta la adolescencia se relaciona con supresión de la talla en la edad adulta, pero no conllevaron una disminución de la gravedad de los síntomas», informan en su artículo los autores, dirigidos por el Dr. James M. Swanson, PhD, director del Centro de Desarrollo Infantil y profesor de Pediatría en la Universidad de California, Estados Unidos.
La inquietud no es por la talla, sino por la eficacia
La investigación es una continuación del estudio de tratamiento multimodal del TDAH, el cual inicialmente fue un estudio aleatorizado y controlado, de 14 meses, en el que se comparó el tratamiento con medicación, la modificación de la conducta, una combinación de ambos, o tratamiento habitual, para una comparación en la población en 579 pacientes pediátricos con el trastorno, de 7,0 a 9,9 años.
El estudio observacional a largo plazo, contó con 515 participantes del estudio original, así como con 289 individuos de las mismas escuelas que fueron reclutados como un grupo normal de comparación local. De estos participantes de control, 258 no tenían trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Se evaluó a los participantes ocho veces durante un periodo de seguimiento de 2 a 16 años después del reclutamiento. Se registró el número de días en los cuales los pacientes se trataron con medicación estimulante, así como las dosis diarias que se administraron desde la evaluación previa.
Utilizando umbrales preestablecidos para uso de medicación, se clasificó a los participantes como usuarios ‘regulares’, ‘irregulares’ o ‘insignificantes’. Al llegar a la edad adulta, se valoró a los participantes con la escala de Conners para la evaluación del trastorno por déficit de atención e hiperactividad en el adulto, a fin de determinar la persistencia de los síntomas.
Se contó con datos de seguimiento en la edad adulta para 92,4% del grupo con el trastorno, y para 93,4% del grupo de comparación sin trastorno por déficit de atención e hiperactividad que comenzó la fase de observación. El estudio concluyó que el uso extendido de la medicación estimulante desde la infancia hasta la adolescencia no conlleva una disminución de la gravedad de los síntomas.
Fuente: Medscape/Farmanuario