Conciliar el sueño puede ser un desafío, especialmente en un mundo lleno de estrés y distracciones. Sin embargo, hay acciones sencillas que podés incorporar en tu rutina diaria para mejorar la calidad de tu sueño.
A continuación, tres estrategias efectivas y sencillas de empezar a aplicar hoy mismo.
Rutina de sueño regular: nuestro cuerpo tiene un reloj biológico interno que regula el ciclo de sueño-vigilia. Acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular este reloj interno, facilitando que te duermas más rápido y te despiertes con más energía. Crear una rutina previa al sueño, como leer un libro o tomar un baño caliente, también puede ser beneficioso, ya que le indica a tu cuerpo que es hora de relajarse y prepararse para dormir.
Limitá la exposición a pantallas antes de dormir: la luz azul emitida por teléfonos, tabletas y computadoras puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño. Para promover un descanso más profundo, intentá evitar las pantallas al menos una hora antes de acostarte. En lugar de revisar tu teléfono, optá por actividades relajantes como la lectura de un libro físico, practicar la meditación o escuchar música suave.
Creá un ambiente propicio para dormir: tu entorno de sueño juega un papel crucial en la calidad de tu descanso. Mantené tu habitación oscura, fresca y silenciosa para favorecer un ambiente ideal para el sueño. Invertir en un buen colchón y almohadas que se adapten a tus necesidades también es fundamental. Si el ruido es un problema, considerá el uso de tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco. Además, aromatizar tu habitación con aceites esenciales relajantes, como la lavanda, puede ayudar a crear una atmósfera más tranquila y propicia para dormir.
