El asma ha experimentado un aumento de la prevalencia en los países industrializados en las últimas décadas, situándose entre el 8 y el 10% de la población.
El asma y las crisis asmáticas provocan el 2% de los ingresos en hospitales. Esta enfermedad es la cuarta causa de ausentismo laboral y la primera de ausencia escolar.
Según los especialistas, esto se debe en parte a una mejora en el diagnóstico, pero también a la influencia de la contaminación ambiental. Los contaminantes pueden actuar agravando la enfermedad en pacientes con asma o ser causa de la misma.
Los niveles elevados de partículas de diésel, ozono, anhídrido sulfuroso y óxido nitrosos pueden precipitar la aparición de síntomas en pacientes asmáticos que desencadenen consultas, visitas a urgencias y hospitalizaciones.
También empieza a estar extendida y apoyada por numerosos estudios epidemiológicos la relación de causalidad entre asma y contaminación ambiental: vivir cerca de carreteras con mucho tráfico puede causar entre el 15 y el 30% de los nuevos casos de asma en niños.
Altas concentraciones de partículas contaminantes y asma
Nuevos estudios buscan conocer los mecanismos mediante los que la contaminación ambiental causa o agrava el asma. Las altas concentraciones de contaminantes producen cambios en la función pulmonar alterando e incrementando la respuesta inflamatoria e irritativa.
Las consecuencias del incremento de pacientes con asma o de crisis asmáticas se traducen en un elevado coste socioeconómico en términos de ausentismo laboral y escolar, así como de recursos sanitarios (consultas, urgencias y hospitalizaciones) y muertes.
Los especialistas en enfermedades respiratorias consideran importante concientizar sobre los graves efectos para la salud que la contaminación tiene y la importancia de tomar medidas que frenen la contaminación del aire.
Redacción Médica / Tendencias en Medicina