Esta vez en nuestra sección de ciencia y tecnología nos proponemos poner bajo la lupa un estudio del que seguro has escuchado hablar, pero que quizás no sabés a fondo cómo funciona exactamente: el urocultivo.
Se trata de un examen de laboratorio que se utiliza para detectar la presencia de bacterias u otros microorganismos en la orina, con el fin de diagnosticar infecciones del tracto urinario (ITU), como cistitis o pielonefritis.
Es una prueba clave para identificar el tipo de germen responsable de la infección y determinar el tratamiento antibiótico más adecuado.
Para realizar el estudio se recolecta una muestra de orina, preferentemente la primera del día, utilizando un frasco estéril.
Una vez en el laboratorio, la orina se cultiva en un medio especial que permite el crecimiento de bacterias. Si hay infección, los microorganismos se multiplican y pueden ser analizados e identificados.
Los resultados suelen estar disponibles entre 24 y 72 horas. En caso de detectar bacterias, también se realiza un antibiograma, una prueba que evalúa la sensibilidad del microorganismo a distintos antibióticos.
Gracias a esta prueba, el médico puede indicar una terapia más precisa y evitar el uso innecesario de antibióticos.