El vaginismo es definido como la contracción involuntaria persistente o recurrente de la musculatura del tercio externo de la vagina, lo que dificulta o impide la penetración vaginal y suele estar acompañado de dolor, miedo y/o ansiedad.
Se estima que existe un subregistro, ya que la paciente no consulta por vergüenza y el sector sanitario no brinda herramientas de diagnóstico y tratamiento adecuado para este tipo de pacientes.
Diagnosticar esta entidad es de suma importancia, ya que las tasas de éxito en la terapia de esta disfunción son cercanas al 100%.
También se puede definir como la aparición persistente o recurrente de espasmos involuntarios de la musculatura del tercio externo de la vagina, que interfiere el coito y produce malestar acusado o dificultad en las relaciones interpersonales.
El DSM V agrupa bajo una misma denominación a la dispareunia y al vaginismo llamándolo “trastorno de dolor génito-pélvico/penetración”, caracterizado por:
- dificultades persistentes o recurrentes de penetración vaginal,
- dolor vulvovaginal,
- ansiedad de sentir dolor vulvovaginal antes, durante o como resultado de la penetración vaginal,
- contracción marcada de los músculos del suelo pélvico durante el intento de penetración vaginal.
Estos síntomas además deben haber persistido al menos durante 6 meses.
Desde el punto de vista sexológico la gran mayoría de mujeres tienen conservadas todas las etapas de la respuesta sexual: deseo, excitación y orgasmo y realizan todo tipo de actividades sexuales excepto el coito.
Diagnóstico
El diagnóstico del vaginismo es clínico y se realiza en base a la historia clínica y al examen físico, siendo este obligatorio. Es necesario señalar que a veces no es posible realizar el examen físico durante la etapa del diagnóstico médico y si no hay sospechas fundadas de una dispareunia orgánica, es necesario iniciar la terapia sexual y el examen se pospone para esta instancia.
Haslam señala que en el examen aparece un trípode signológico:
- espasmo involuntario de los músculos perineales
- arqueamiento de la espalda
- contracción de los aductores de los muslos
El vaginismo es siempre de origen psicológico, sin embargo se describen algunas causas orgánicas, como infecciones y neoplasias, que son necesarias descartar generalmente por la historia clínica.
Tratamiento
La base del tratamiento del vaginismo es la técnica de la desensibilización sistemática, esto es la exposición progresiva y gradual al objeto fóbico que produce temor.
Las técnicas que se utilizan pueden ser variadas, desde el uso progresivo de los dedos de la paciente y luego de la pareja (penetración digital progresiva) hasta el uso de los dilatadores vaginales.
Ahora bien, ante una paciente con vaginismo de cualquier grado que llega al consultorio, en general ya ha probado varias cosas, entre ellas la introducción de dedos, del pene, de tampones.
Los principales instrumentos clínicos para el abordaje deben ser la empatía, comprensión, paciencia, más importantes aún que el espéculo o el colposcopio.
Una vez diagnosticada la paciente como portadora de vaginismo deberá ser derivada a médico sexólogo para su tratamiento, para que luego de resuelta la disfunción pueda retomar no sólo su vida sexual sino realizarse los controles ginecológicos pertinentes.
Entre las estrategias terapéuticas se incluye educación psicosexual, entrenamiento muscular y desdensibilización sistemática, que es la base del tratamiento; psicoterapia y psicofarmacología.
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