La vitamina C o ácido L-ascórbico (AA), es el antioxidante por excelencia gracias a sus eficaces resultados, aquí te introducimos algunos datos para que agregues este activo a tu rutina antiedad.
La vitamina C es todo un salvavidas para nuestra piel. Activa la síntesis de colágeno y elastina, es antiinflamatoria, previene y ayuda a disminuir las hiperpigmentaciones cutáneas y es un poderoso antioxidante, una propiedad fundamental para poder luchar contra los radicales libres (producidos por la exposición solar, la contaminación, etcétera) que son los principales responsables del envejecimiento cutáneo acelerado y de que nuestra piel deje de lucir sana y radiante.

A qué edad utilizar vitamina C
A nivel general es recomendable comenzar a aplicarla cuando empecemos a ver los siguientes signos en nuestra piel:
- aparición de hiperpigmentaciones,
- cuando veamos que nuestra piel va perdiendo su brillo natural y
- cuando las marcas rojas (pigmentaciones post inflamatorias) que quedan tras la aparición de los dichosos granitos no se curen tan rápido como solían hacerlo
De todas maneras, esto es a nivel general, lo mejor es que visites a tu médico o a un/a dermatólogo/a para que pueda darte una correcta evaluación de acuerdo a tu tipo de piel.
Las pieles que deberían evitar la vitamina C y/o cómo comenzara a aplicarla
Las personas con piel sensible pueden tener alergias o enrojecimiento, normalmente con el uso de la vitamina C pura. En estos casos es recomendable empezar usando derivados de la vitamina C, que al poder ir formulados a un ph más neutro a priori van a ser mejor tolerados por la piel sensible.
Para empezar a utilizarlo con total seguridad, el objetivo es siempre hacer una prueba e ir introduciéndolo de forma gradual. Con una piel sensible es mejor primero probar en un área limitada y ver qué tal tolera el producto. Es recomendable comenzar siempre empleando pequeña cantidad e ir subiendo poco a poco la frecuencia de aplicación y la cantidad del mismo.
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