El pasado 31 de mayo se celebró el Día Mundial Sin Tabaco 2016. Uruguay es líder a nivel mundial en acciones concretas contra el nocivo hábito de fumar y por ello enfrenta desde hace años un millonario juicio promovido por una gran tabacalera.
Los beneficios para la población son claros: según se expresó en el reciente Foro Médico “Hacia donde va la Medicina” asupiciado por Tendencias en Medicina, ya se registra un 14% de disminución en el número de infartos de miocardio en Uruguay.
Otras voces y acciones se alzan en el mismo sentido en diversas partes del mundo. Según denunció la Ministra de Sanidad de Francia, Marisol Touraine, las compañías tabacaleras invierten al año 13 mil millones de euros en publicidad y marketing. “El tabaco significa una destrucción masiva. Mueren por él 60 mil europeos por mes, es como si fuera un estadio de fútbol lleno en una final de Eurocopa”, añadió. La Sociedad de Neumología de España, a su vez, impulsa una campaña para que fumar en un ambiente donde hay niños sea considerado como “otra forma de maltrato infantil”, destacando que hay miles de afectados como fumadores pasivos, que nunca fumaron pero que estuvieron expuestos al humo de tabaco ambiental.
Si los fumadores conocieran con exactitud las sustancias que componen a un cigarrillo jamás hubieran dado una pitada. Hoy sabemos que, entre otras, un cigarro contiene acetona, amoníaco, venenos como el arsénico, la naftalina o el DDT, elementos radioactivos como el polonio y sustancias cancerígenas como el alquitrán.
Debe destacarse que no solo los cigarrillos, sino todas las formas de consumo de tabaco son nocivas. Lo mismo sucede con el cigarrillo electrónico que fue prohibido en Argentina en 2011. Según consideró la ANMAT, “no existe suficiente evidencia científica que demuestre que se trata de un producto que ayude realmente a dejar de fumar y que es confiable para el consumo humano sin generar daños en la salud”.
Hoy puede afirmarse en forma absoluta, que contra lo que las publicidades y otras manifestaciones culturales propagaron durante años, el fumar es absoluta y definitivamente perjudicial para la salud, y que no hay ninguna forma segura de consumir tabaco o fumar sin hipotecar la salud propia y de quienes nos rodean.