La cicatriz es el resultado esperable -aunque no deseado- de una agresión o quemadura, una cirugía o ante determinadas patologías. Los tratamientos y los cuidados aplicados en el proceso de regeneración serán vitales en la apariencia final de estas marcas que pasan a formar parte de nuestra piel.
Las cicatrices producen una alteración permanente de la apariencia de la piel como resultado de una serie de etapas que se desencadenan con el fin de reparar la zona afectada. La evolución depende del tipo de daño sufrido, la profundidad y la extensión, así como de la ubicación de la lesión y también de la genética y la edad de la persona afectada. Aún no se puede determinar por qué, pero hay personas que desarrollan procesos de cicatrización normal y otras en forma patológica. A su vez, es posible diferenciar las cicatrices cuando son producidas en forma traumática o por una intervención quirúrgica, ya que estas últimas tienen mejor pronóstico porque son generadas en un ambiente controlado y planificadas para que sean menos visibles.
La formación de la cicatriz puede producir cambios en la estructura de la piel, modificando, por ejemplo, el color, la textura y la elasticidad. Si bien varias de sus consecuencias son estéticas, también puede generarse un impacto fuerte en lo emocional, requiriendo un acompañamiento psicológico para superar y aceptar la presencia de esa marca. En otros casos, la funcionalidad de un área del cuerpo se puede ver afectada, generando una situación de incapacidad.
El proceso de cicatrización está marcado por distintas etapas:
- Inflamatoria: la etapa donde, entre otras cosas, se forma el tapón.
- Proliferativa: se acumulan fibras y colágeno, rellenando y cerrando la zona afectada.
- Remodelación: puede demorar hasta un año y en esta etapa se reabsorbe el colágeno.
Se habla de cicatrización normal cuando el tejido obtenido luego del proceso de remodelación es similar en color y textura al de áreas circundantes, flexible y no interfiere con la función del área donde se localiza. Pero puede ocurrir que la cicatrización sea patológica por exceso, formando una cicatriz hipertrófica o un queloide que provoque áreas muy sensibles e inestables de la piel.
Existen distintos tratamientos y cuidados para minimizar la apariencia de las cicatrices, aunque vale remarcar que no hay una goma que borre estas marcas. Por lo que, si es posible evitar lesiones que den lugar a una cicatriz, esa es sin duda la mejor terapéutica. Los tratamientos que pueden realizarse cuando una cicatriz está en proceso de reparación incluyen vendajes, geles, parches de silicona, cremas o ungüentos con diversidad de activos.
Hoy en día, hay distintos tipos de tratamientos que pueden reducir la visibilidad y apariencia de cicatrices recientes y también antiguas. Es importante recalcar que, en la mayoría de los casos, los pacientes no conocen la existencia de tratamientos que los ayuden a mejorar la apariencia de estas marcas. Dentro de las alternativas, se pueden nombrar las inyecciones de corticoides, peelings, láser, radiofrecuencia ablativa, rellenos, subsición, mesoterapia e IPL; todos ellos tratamientos que, en algunos casos, mejoran la textura, la apariencia o la pigmentación.
En el caso de posibles cicatrices producidas por acné en pacientes adolescentes, es importante consultar a especialistas que ayuden a cursar esta afección en forma controlada. No pocas veces el acné deja cicatrices en rostro, espalda o pecho, sino que también suele impactar a nivel emocional, dejando cicatrices no visibles en los jóvenes.
¿Cómo cuidar nuestras cicatrices?
– Como primera medida hay que evitar el sol en la zona afectada, si no es muy probable que ocurra una hiperpigmentación. Por lo tanto, hay que mantener la cicatriz cubierta con ropa o apósitos, o con protectores con fps 50 como mínimo y reaplicar producto cada tres horas.
– Otra medida importante es mantenerla hidratada, esto evita que se genere picazón en la zona. Sin embargo, tampoco favorece el contacto continuo con agua.
– Hay que evitar el uso de ropa o calzado que genere fricción.
– Si es una cicatriz en formación o reciente, evitar movimientos que traccionan la zona.
– Es una buena medida realizar un masaje con algún aceite o productos específicos.
Por Karina Rodríguez, cosmetóloga médica / Hola Salud.