El saturnismo o intoxicación por plomo es producto de la exposición excesiva a este metal, de características tóxicas y presente de forma natural en la corteza terrestre. Se trata de un elemento que, según recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene numerosos usos: fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor y el almacenamiento de energía y su inclusión en pigmentos, pinturas, soldaduras, municiones, esmaltes cerámicos, joyas, juguetes y algunos cosméticos y medicinas tradicionales.
“El tratamiento, el uso y la eliminación del plomo pueden contaminar el medio ambiente, los alimentos y el agua, con la consiguiente exposición humana. Debido a que el plomo es un elemento químico, persiste como posible fuente de exposición una vez liberado al medio ambiente”, apunta la OMS.
¿Cómo, entonces, se puede dar la intoxicación? Puede darse al inhalar humos y partículas que lo contienen (por ejemplo, procedentes de la fundición) o al ingerir polvo (por ejemplo, virutas de pintura con plomo), agua (canalizada a través de tuberías de plomo) o alimentos (almacenados en recipientes revestidos o soldados con plomo) contaminados.
“Esta exposición puede durar un tiempo breve (intoxicación aguda) o prolongado (intoxicación crónica)”, dicen desde la OMS, y agregan que, hasta el momento, “no se ha demostrado que haya un nivel concreto de exposición al plomo que no sea perjudicial”.
Los efectos en la salud
Como veíamos, la intoxicación por plomo puede darse desde un nivel de exposición mínimo. Y es que el plomo no tiene ninguna función biológica en el organismo, por lo que se acumula y afecta a prácticamente todos los sistemas.
“Aunque todos los grupos de edad pueden sufrir los efectos nocivos crónicos del plomo para la salud, los más afectados son los niños pequeños, porque su sistema nervioso en desarrollo es más vulnerable, incluso a niveles de exposición que no causan síntomas y signos manifiestos”, dicen desde la OMS.
En este sentido, la exposición en la primera infancia puede provocar : reducción de la capacidad cognitiva, dislexia, déficit de atención y conductas antisociales. Además, puede ocasionar hipertensión, insuficiencia renal y toxicidad en el sistema inmunitario y los órganos reproductores.
“La absorción de grandes cantidades de plomo puede causar coma, convulsiones e incluso la muerte. Los niños que sobreviven a una intoxicación grave por este metal pueden sufrir daños neurológicos permanentes, como sordera y discapacidad intelectual”, agregan.
¿Cuáles son las fuentes de exposición humana al plomo?
“Debido a que el plomo tiene muchas aplicaciones, las posibles fuentes de exposición son numerosas y abarcan la contaminación presente en el medio ambiente por el reciclaje de baterías de plomo y las operaciones de minería y fundición de plomo no controladas debidamente”, apuntan desde la OMS.
A eso se le suman otros factores como: los esmaltes cerámicos con plomo utilizados en los envases de alimentos; las tuberías de plomo y otros componentes que contienen este metal que se emplean en los sistemas de suministro de agua, y las pinturas con plomo.
¿Qué podemos hacer?
“Todas las personas podemos protegernos de la exposición al plomo a nosotros mismos y a otras familias consumiendo de forma responsable. Es preciso intentar informarse sobre cuáles son las fuentes de exposición al plomo en nuestro entorno y evitar comprar productos que puedan contenerlo. Por ejemplo, lea la etiqueta de las pinturas para ver si contienen plomo y, si no está seguro, pregunte al respecto al vendedor o el fabricante. Si sabe que su país no aplica legislación sobre el uso de plomo en las pinturas, puede intentar presionar a sus políticos para que tomen medidas al respecto”, dicen desde la OMS.
Por otro lado, si se va a rehabilitar una estructura o a restaurar muebles pintados, y se cree que la pintura original puede contener plomo, hay que pedir consejo a un experto para saber cómo eliminarla sin riesgos.
Al momento de comprar cosméticos y medicamentos tradicionales, asegúrese de que los adquiere de un fabricante regulado, ya que algunos de estos productos contienen niveles elevados de plomo.
Y cuando se compre una batería de auto nueva, es importante devolver la antigua al concesionario o a un centro de reciclaje autorizado en lugar de desecharla o permitir que se recicle de forma informal o en un centro no autorizado.
Fuente: OMS / Portal Salud