“La epidemia causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) no está controlada a nivel mundial. A finales de 2020 había 37,7 millones de personas que vivían con el VIH y es causa de aproximadamente un millón de muertes anuales, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”. Por esa razón, y en el marco de la conmemoración a finales de julio del Día Nacional (Uruguay) de Respuesta al VIH-SIDA, les compartimos el artículo sobre el tema que la Dra. Susana Pereira, presidenta del grupo de estudio uruguayo en VIH, escribió para la revista Hola Salud.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un tipo de virus (lentivirus) que causa la infección por el VIH. Cuando la infección progresa hacia una alteración del sistema inmune y aparecen infecciones oportunistas, algunos tipos de cánceres y/o los niveles de linfocitos CD4 son menores a 200 células/ml, nos encontramos frente al síndrome de inmunodeficiencia adquirida, conocido por las siglas SIDA.
En Uruguay, siguiendo un informe de 2021 del Ministerio de Salud, 13.350 personas conocen su estado serológico. La prevalencia en población general es menor a 1 %. Según las últimas proyecciones, realizadas en febrero del año pasado, con el software Spectrum y reportadas a ONUSIDA, se estima una prevalencia en población general de 0,4 % (situación epidemiológica del VIH/SIDA en Uruguay a diciembre de 2021).
El programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) planteaba en 2016 como objetivo para 2020 el 90-90-90: 90 % de las personas que viven con el VIH deben ser diagnosticadas, 90 % de ellas en tratamiento y 90 % de las tratadas con carga viral indetectable.
La forma más frecuente de transmisión sigue siendo la vía sexual. La única forma de saber con certeza si un individuo tiene la infección por el VIH es haciéndose una prueba sanguínea y para ello se cuenta con test rápidos y serología de última generación. Puede suceder que la persona infectada no lo sospeche porque, generalmente, transcurren largos periodos asintomáticos, lo que puede llevar a un diagnóstico en etapas avanzadas de la infección.
Esta infección ocasiona una alteración del sistema inmunitario, pudiendo evolucionar al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) e incluso la muerte de no mediar tratamiento. En la actualidad, no existe una cura eficaz, pero con una adecuada atención médica y un tratamiento correcto con los antirretrovirales es posible el control de la infección y una excelente calidad de vida. La mayoría de las personas logran tener el virus bajo control dentro de un plazo de seis meses. El tratamiento antirretroviral (TAR) no solo mejora la salud y el bienestar de las personas que viven con el VIH, sino que también previene la transmisión de la infección.
Si una persona tiene una carga viral indetectable, no tiene riesgo de transmitir el VIH a una pareja VIH negativa a través de las relaciones sexuales. Tener una carga viral indetectable también ayuda a prevenir la transmisión a otras personas mediante el uso compartido de agujas, jeringas para la inyección de drogas, o de madre a hijo durante el embarazo y el parto.
Una mujer con VIH puede planificar y cursar su embarazo evitando el riesgo de transmisión perinatal. Tomando el TAR y manteniendo la carga viral indetectable se evita que existan virus que atraviesen la placenta o la exposición a este virus durante el parto. Por lo tanto, tener una carga viral indetectable en forma mantenida hace que la infección no se transmita (indetectable = intransmisible).
Prevención combinada
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define la prevención combinada de la infección por el VIH como el conjunto de programas comunitarios que promueve una combinación de intervenciones biomédicas, comportamentales y estructurales, diseñadas con el propósito de satisfacer las necesidades de prevención de la infección por el VIH de personas y comunidades específicas.
La meta es disminuir el número de nuevas infecciones. Diversos métodos e intervenciones han demostrado su efectividad a la hora de reducir el riesgo de infección por el VIH y aumentar la protección ante el mismo, incluyendo los preservativos masculinos y femeninos, el uso de medicamentos antirretrovírales como profilaxis previa a la exposición, la circuncisión médica masculina voluntaria, las intervenciones para cambiar las conductas en aras de reducir el número de parejas sexuales, el uso de agujas y jeringas esterilizadas, la terapia de sustitución de opiáceos (por ejemplo, con metadona), la profilaxis posexposición y el tratamiento de las personas que viven con el VIH para reducir la carga vírica y evitar la transmisión.
En la actualidad, se considera que la obtención de una vacuna eficaz frente al VIH-1 es un objetivo alcanzable y hay un gran número de grupos trabajando en proyectos ambiciosos en este campo.
Las pruebas, los nuevos tratamientos y los avances tecnológicos en relación con el VIH han mejorado drásticamente el pronóstico y la calidad de vida de los individuos infectados. La detección temprana y el tratamiento oportuno son la clave para controlar a los pacientes y reducir el riesgo de transmisión.
La nueva declaración adoptada en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2021 establece como meta para 2025 que 95 % de las personas que se encuentran en especial riesgo de contraer VIH accedan a medidas de prevención combinada eficaces y centradas en las personas; que 95 % de las personas con VIH conozca su diagnóstico, y de ellas 95 % acceda al tratamiento en condiciones que les permitan alcanzar niveles indetectables del virus.
Fuente: Hola Salud (julio 2022) / Portal Salud