Las vacunas son esenciales para mantener la salud de tu perro, protegerlo contra enfermedades contagiosas y potencialmente mortales. Los cachorros y los perros adultos requieren un calendario de vacunación adecuado que debe ser seguido para garantizar su bienestar.
Las vacunas recomendadas para los perros se dividen en dos categorías: vacunas esenciales (o «core») y vacunas no esenciales (o «no core»).
Las vacunas esenciales son aquellas que todo perro debe recibir, independientemente de su estilo de vida o ubicación geográfica. Entre estas se encuentra la vacuna contra el moquillo canino, que protege contra un virus altamente contagioso que puede afectar el sistema respiratorio, gastrointestinal y nervioso. Otra vacuna esencial es la de la parvovirosis canina, que previene una enfermedad viral grave que afecta principalmente a los cachorros y puede ser fatal si no se trata a tiempo. La vacuna contra el adenovirus canino protege contra la hepatitis infecciosa, una enfermedad viral que puede dañar gravemente el hígado. También es esencial la vacuna contra la rabia, una enfermedad mortal que puede transmitirse a los humanos; esta vacuna es obligatoria en muchos lugares por ley.
Las vacunas no esenciales se administran en función del estilo de vida del perro, su entorno y los riesgos a los que está expuesto. Por ejemplo, la vacuna contra la bordetella bronchiseptica es recomendable para perros que frecuentan guarderías, peluquerías o parques, ya que protege contra la tos de las perreras, una infección respiratoria altamente contagiosa. También está la vacuna contra la leptospirosis, que es importante en áreas donde la enfermedad es común o si el perro está en contacto frecuente con agua estancada o vida silvestre. Otras vacunas no esenciales incluyen la vacuna contra la enfermedad de Lyme, recomendada para perros en áreas donde las garrapatas portadoras de la enfermedad son prevalentes.
Es importante seguir un calendario de vacunación adecuado, comenzando con las primeras vacunas cuando el perro es un cachorro, generalmente entre las 6 y 8 semanas de edad, con refuerzos adicionales cada pocas semanas hasta que el cachorro tenga alrededor de 16 semanas. Los perros adultos también necesitan refuerzos periódicos para mantener su inmunidad.
Consultar con un veterinario es fundamental para determinar el calendario de vacunación adecuado para tu perro, teniendo en cuenta su edad, salud general, estilo de vida y ubicación geográfica. Mantener las vacunas al día es una parte vital del cuidado responsable de mascotas y protege tanto a tu perro como a la comunidad en general.
