Los antiácidos son medicamentos diseñados para aliviar la acidez estomacal y los síntomas del reflujo gástrico. Su acción principal consiste en neutralizar el exceso de ácido clorhídrico en el estómago, lo que reduce la sensación de ardor y malestar.
El ácido clorhídrico es esencial para la digestión, pero cuando se produce en exceso o regresa al esófago, puede causar irritación.
Los antiácidos contienen compuestos como hidróxido de magnesio, carbonato de calcio o bicarbonato de sodio, que reaccionan químicamente con el ácido y lo convierten en sustancias menos agresivas, como agua y sales. Este proceso alivia rápidamente los síntomas.
Además de neutralizar el ácido, algunos antiácidos incluyen agentes que forman una barrera protectora en el estómago, ayudando a prevenir el daño en la mucosa.
Sin embargo, su efecto es temporal y no tratan la causa subyacente. Por ello, es importante consultar al médico si los síntomas persisten o se repiten con frecuencia.