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Acné: puesta al día

Definición

El acné vulgar es una dermatosis muy frecuente que afecta el folículo pilosebáceo. Las lesiones se localizan principalmente en rostro, escote y dorso.

Presenta un amplio espectro clínico que va desde formas leves a graves. En ocasiones deja como secuelas cicatrices, no solo a nivel de la piel sino también psicológicas, ya que se presenta en la adolescencia, una etapa importante en la formación de la personalidad.

Afecta el estado emocional, social y ocupacional, con gran afectación de la autoestima.

El diagnóstico de acné es clínico. Las alteraciones hormonales deben ser consideradas en pacientes con enfermedad atípica o refractaria. El tratamiento debe ser rápido y efectivo para evitar las secuelas cicatrizales.

El acné vulgar es un desorden de la unidad pilosebácea. Se localiza en áreas ricas en glándulas sebáceas principalmente rostro, escote y dorso y en ocasiones se extiende a hombros, región submandibular y tercio superior de miembros superiores.

Se presenta en el 90% de los adolescentes, por lo cual muchos autores consideran una característica fisiológica de la edad.

Es una de las mayores causas de consulta al dermatólogo ya que genera un gran impacto psicológico y social.

El pico de prevalencia se registra entre los 12 y los 14 años y el pico de severidad entre los 17 y 18 años en mujeres y entre los 19 y 21 en los varones.

Los factores hereditarios desempeñan un papel importante, hay mayor incidencia en la aparición y en la gravedad.

Existen varios síndromes genéticos asociados. Si bien son raros, debemos tenerlos en cuenta para sospecharlo en ciertos casos.

Fisiopatología y patogenia

Existen cuatro factores patógenos primarios que interactúan para producir las lesiones de acné:
1) producción de sebo por la glándula sebácea,
2) alteración en el proceso de queratinización,
3) colonización folicular de Propionibacterium acnés y
4) liberación de mediadores inflamatorios

Lo clásico

En la pubertad los andrógenos estimulan la glándula sebácea aumentando su secreción. Se produce hiperqueratinización folicular y mayor adhesión de los queratinocitos lo que da lugar al taponamiento folicular y a la formación de comedones.

Estos acontecimientos conducen a un ambiente favorable para la colonización del Propionibacterium  acnés, bacteria que posteriormente secreta varios
mediadores inflamatorios y factores quimiotácticos que inician y propagan la respuesta inflamatoria.

El mecanismo de acción de los medicamentos utilizados en el acné está orientado a corregir alguno de estos cuatro factores fiiopatológicos.

La hiperqueratinización del infundíbulo folicular y del ducto sebáceo que producen los micro comedones es uno de los eventos más cruciales en el
desarrollo de las lesiones de acné.

El papel de la dieta en el acné es polémico, pero los estudios recientes apoyan una asociación. Los alimentos con una carga glucémica alta elevan la
concentración de insulina del plasma que regula los niveles de andrógenos, a la vez que promueve el crecimiento del tejido y aumenta la síntesis androgénica.

La glándula sebácea se regula bajo la influencia hormonal. Varias hormonas fueron ligadas al acné y pueden regular la secreción sebácea: andrógenos,
estrógenos, hormona de crecimiento, insulina, factor de crecimiento similar a la insulina, melanocortina y glucocorticoides.

Se sabe que el estrés puede incrementar la producción de esteroides adrenales que pueden afectar la glándula sebácea, llevando a un empuje del acné. La afectación psicológica del paciente con acné puede ser muy importante. Se ha relacionado con depresión, ideas suicidas, ansiedad, síntomas psicosomáticos, vergüenza y retracción social, lo cual mejora luego de un tratamiento efectivo.

 

Para conocer más: Tendencias Nº 49

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