La adherencia a un estilo de vida saludable en las madres durante la infancia y la adolescencia de sus hijos se asocia con un menor riesgo de obesidad en los niños.
Un estudio realizado en Estados Unidos, donde los investigadores se propusieron examinar la asociación entre un estilo de vida saludable de la madre (caracterizado por un índice de masa corporal saludable, dieta de alta calidad, ejercicio regular, no ser fumadora y tener un consumo de alcohol bajo a moderado) y el riesgo de desarrollar obesidad en sus hijos. Se incluyeron 24.289 participantes que tenían entre 9 y 14 años al principio del trabajo y que estaban libres de obesidad.
Se halló un 5.3% de los hijos se volvieron obesos durante una mediana de cinco años de seguimiento. El riesgo de obesidad incidental fue menor entre los hijos cuyas madres mantuvieron un índice de masa corporal saludable, practicaron al menos 150 minutos/semana de actividad física moderada o intensa y consumieron alcohol con moderación.
Sin embargo, una dieta materna de alta calidad no se asoció significativamente con el riesgo de obesidad en sus hijos.
Cuando todos los factores de estilo de vida saludable se consideraron simultáneamente, los descendientes de mujeres que cumplieron los cinco factores de estilo de vida de bajo riesgo tenían un 75% menos de obesidad que los hijos de madres que no se adherían a ninguna de éstas conductas.
Las conclusiones a las que se arribó en el estudio indican que la adherencia a un estilo de vida saludable en las madres durante la infancia y la adolescencia de sus hijos se asocia con un riesgo sustancialmente reducido de obesidad en los niños.
Rima / Farmanuario.
