El pasado 1° de diciembre se conmemoró el Día Mundial del Sida. Por eso, este mes es una nueva oportunidad para mirar atrás y ver qué nos dejó el 2023 en materia de avances en tratamientos disponibles.
En el año 2023, los tratamientos para el VIH/SIDA han experimentado avances significativos, ofreciendo opciones efectivas para controlar la infección y mejorar la calidad de vida de quienes viven con esta condición. La terapia antirretroviral (TAR) sigue siendo la base del tratamiento, consistiendo en una combinación de medicamentos que inhiben la replicación del virus, reduciendo la carga viral en el cuerpo.
Uno de los principales avances se ha centrado en terapias cada vez más personalizadas y dirigidas, adaptadas a las necesidades individuales de los pacientes. La medicina de precisión ha permitido identificar marcadores genéticos que influyen en la respuesta al tratamiento, lo que ha llevado al desarrollo de medicamentos más específicos y eficaces.
Además, la búsqueda de fármacos con menos efectos secundarios y una mayor comodidad en su administración ha sido una prioridad. Se han desarrollado formulaciones de medicamentos de liberación prolongada, como inyecciones de larga duración o comprimidos de toma semanal, reduciendo la frecuencia de dosificación y mejorando la adherencia al tratamiento.
Los avances en la investigación también han llevado al desarrollo de nuevas clases de medicamentos. Por ejemplo, los inhibidores de la integrasa, que impiden que el virus se integre al ADN de las células infectadas, han demostrado ser altamente efectivos y con menor riesgo de resistencia viral en comparación con tratamientos anteriores.
A pesar de estos avances, la cura definitiva para el VIH/SIDA sigue siendo un objetivo en investigación. Se están llevando a cabo estudios para comprender mejor la persistencia del virus en el cuerpo y desarrollar terapias que puedan eliminar completamente el reservorio viral.
