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Claves para cuidar el hígado a través de la alimentación

El cuerpo humano es inteligente y sabio. Y cada engranaje funciona de tal forma de complementarse con otro. Si hablamos de motores importantes, el hígado es uno de los protagonistas. Porque es un órgano vital que desempeña numerosas funciones, desde filtrar toxinas hasta metabolizar grasas y producir proteínas. Pero, ¿cómo cuidarlo?

Mantener sano el hígado es crucial para nuestra salud general. Por eso, a continuación repasamos algunos consejos para protegerlo a través de algo que hacemos todos los días: la alimentación.

Por un lado, es importante limitar el consumo de alcohol. El alcohol es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades hepáticas. Limitar su consumo o eliminarlo por completo es una buena idea para cuidar el hígado.

Priorizar alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras es una buena idea: estos alimentos proporcionan los nutrientes necesarios para mantener la salud hepática.

En el mismo sentido, mantenerse hidratado es fundamental para el funcionamiento adecuado del hígado. El agua ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y facilita la digestión.

Limitar el consumo de grasas saturadas y trans es una forma de no contribuir a la acumulación de grasa en el hígado. En su lugar, optar por grasas saludables como las que se encuentran en la palta, los frutos secos y el pescado.

La fibra ayuda a promover la salud digestiva y a prevenir la acumulación de grasa en el hígado. Una buena opción es añadir a la dieta diaria alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.

¿Y qué pasa con los famosos antioxidantes? Estos protegen las células del hígado del daño causado por los radicales libres. Para sumarlos, se pueden incorporar alimentos ricos en antioxidantes, como uvas, té verde y vegetales de hojas verdes.

En el mismo sentido, hay que ir por el camino de limitar el consumo de alimentos procesados, que suelen contener altos niveles de grasas poco saludables, azúcares añadidos y aditivos que pueden ser perjudiciales para el hígado.

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