Esta instancia debe priorizar la información actualizada y trabajar para fortalecer la autonomía de la mujer.
No existe un anticonceptivo ideal. Por eso las opciones son varias y buscan adaptarse a las necesidades y deseos de cada mujer. En ese marco, los equipos de salud tienen el desafío de presentar las posibilidades y poner sobre la mesa las ventajas y contraindicaciones de cada uno.
En ese sentido, la asesoría en anticoncepción debe priorizar la información actualizada y trabajar para fortalecer la autonomía de la mujer en relación a la toma de decisiones para su salud sexual y reproductiva.
A continuación, algunas claves para que ese espacio de asesoría sea lo más provechoso posible para las usuarias del servicio de salud.
– Escuchar y ser claros. Es importante preguntar y escuchar, tener una actitud empática y una comunicación asertiva, además de utilizar palabras claras y sencillas.
– Informar sobre las posibilidades. Por un lado, es importante dejar clara la oferta y disponibilidad de métodos anticonceptivos con la que cuenta el centro de salud. Por otra parte, es justo que la usuaria conozca las características de cada uno de esos métodos: duración, mecanismo de acción, efectos secundarios y efectos no contraceptivos beneficiosos.
– Cuidar la salud. Es importante que se aborde las formas de cuidar la salud sexual y todo lo relacionado con las enfermedades de transmisión sexual.
– Derechos. En el encuentro también se deben articular los derechos de salud sexual y reproductiva vigentes en el país.
– Vida sexual. La sexualidad de la mujer tiene que estar entre los temas tratados porque los métodos anticonceptivos pueden condicionar algunas prácticas
– Preservativo. Sobre todo en el caso de las adolescentes o las mujeres que no tengan pareja estable, es importante insistir en el uso del preservativo y educar para su correcto uso.

