La pérdida de un ser querido se puede dar en cualquier momento. Y esa pérdida no solo afectará a los adultos, sino también a los niños y adolescentes de la familia. Muchas veces, ellos también forman parte de las esperas en los pasillos de los centros médicos. Y sufren como los adultos; pero de formas distintas. Al menos, lo manifiestan de otros modos.
Para ayudar a los profesionales de la salud y a los familiares a tratar estas situaciones de duelo, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) de Uruguay elaboró un documento titulado “Niños, Niñas y Adolescentes en tiempos de Duelo – Orientaciones para profesionales y familiares”,
Allí se parte de la base de que “el miedo a la muerte es común en los seres humano y que “sentirlo no es síntoma de debilidad ni de enfermedad”.
“Frente a las pérdidas se transita un proceso doloroso, que no es lineal, sino con marchas y contramarchas en los estados de ánimo”, apunta el documento, y agrega que en ese período “se hacen presentes sentimientos desencontrados: culpa, rabia, ira, rencor, enojo”. Por eso, “hablar nos ayuda a entender” esos sentimientos.
Pero, ¿cómo hablar? “Hablar implica ofrecer un oído a escuchar en el momento que se lo requiera, no debe ser una imposición”, apunta el documento, y agrega que “expresar los sentimientos es un primer paso que hace la diferencia en el proceso normal del duelo”.
En esa línea, “es importante dar mensajes claros a los niños y adolescentes: no estás solo, estoy acá”.
“Es importante escuchar y responder preguntas respecto a la muerte: ocultar estos hechos, lejos de protegerlos, puede generar problemas futuros”, señalan desde ASSE, y agregan que “es bueno dar información sencilla y clara”, y que “la mejor oportunidad para hacerlo es ante las preguntas”.
En ese sentido, “minimizar o aislar los sentimientos de los niños y adolescentes los lleva a sentirse aislados o incomprendidos”. Por eso es importante recordar que tanto adolescentes como niños procesan los sentimientos de formas distintas.
Por un lado, l”os niños suelen procesar sus sentimientos y los eventos traumáticos a través del juego: allí encuentran un instrumento de expresión y de elaboración de sus conflictos”.
En tanto, “los adolescentes pueden presentar momentos de decaimiento, tristeza y ansiedad, y pueden optar por irse a sus dormitorios”.
En los dos casos, dice el documento, “es importante que los adultos estén atentos a sus necesidades y no juzguen la forma de manifestar sus emociones”.
El documento completo de ASSE está accesible de forma gratuita y online aquí.
FUENTE: ASSE / Portal Salud