Acondicionar un baño para la seguridad de un adulto mayor es crucial para prevenir caídas y además para facilitar su autonomía.
A continuación, repasamos algunos consejos para adaptar este espacio de forma segura.
Barras de apoyo: colocá barras en puntos estratégicos, como dentro de la ducha, al lado del inodoro y cerca de la pileta. Estas deben estar firmemente ancladas a la pared para soportar el peso del adulto al levantarse o moverse.
Superficies antideslizantes: los suelos mojados son una causa común de accidentes. Colocá alfombras antideslizantes tanto dentro de la ducha como en el exterior. También se recomienda usar azulejos o revestimientos de suelo que tengan propiedades antideslizantes.
Silla o banco de ducha: para personas con movilidad reducida, una silla o banco en la ducha permite bañarse sentados, reduciendo el riesgo de caídas. Existen modelos con apoyabrazos y respaldo para mayor estabilidad.
Ducha de mano: sustituir la ducha fija por una ducha de mano con manguera flexible facilita el acceso al agua sin necesidad de estar de pie, permitiendo un control más sencillo para el adulto mayor.
Elevador de inodoro: los inodoros estándar pueden ser muy bajos, lo que dificulta el levantarse. Un elevador de asiento aumenta la altura, facilitando el uso sin hacer un esfuerzo excesivo.
Iluminación adecuada: asegurate de que el baño esté bien iluminado, especialmente en horas de la noche. Las luces con sensores de movimiento pueden ser una excelente opción, ya que se encienden automáticamente.
Puertas amplias y accesibles: si es posible, ajustá las puertas del baño para que sean lo suficientemente anchas para permitir el paso de una silla de ruedas o un andador. Evitá el uso de puertas con pestillo que puedan complicar el acceso en caso de emergencia.
Con estos ajustes, el baño se convertirá en un espacio más seguro y accesible, reduciendo el riesgo de accidentes y facilitando la independencia del adulto mayor.