“En invierno hay un incremento en las quemaduras causadas por fuentes de calor o líquidos calientes”, dice a Portal Salud la dermatóloga Soledad Machado.
Por esa razón, nos proponemos repasar las formas más comunes de esas quemaduras y qué debemos hacer para dar una primera respuesta de asistencia.
Lo primero este tener presente que existen varios objetos causantes de este tipo de quemaduras como son: las estufas eléctricas, a gas o a leña; los calienta camas; las bolsas de agua caliente o de semillas; el agua caliente durante el baño, en especial en bebés y niños pequeños.
En ese sentido, “es de importancia revisar su estado previo al uso, ya que las malas condiciones de las fuentes de calor pueden provocar quemaduras graves”.
Pero, vayamos un paso atrás: existen diferentes grados de quemaduras que se clasifican según las capas de la piel afectada. Y de ello depende cómo actuar.
Frente a una quemadura por calor, lo principal es realizar los primeros auxilios
correspondientes:
– disminuir la temperatura de la zona afectada con agua templada (no frío ni hielo) entre 10 a 20 minutos, lo cual ayuda a aliviar el dolor
– no utilizar cremas, ungüentos u otros productos de creencia popular salvo que sean indicados por un especialista
– retirar cualquier accesorio ajustado en la zona como reloj, pulsera, anillo
– cubrir la zona afectada con gasa, venda estéril o apósito limpio
– concurrir a un centro asistencial para ser valorado por un especialista ya que las quemaduras deben ser evaluadas oportunamente para evitar complicaciones posteriores funcionales y estéticas
Por otro lado, la exposición a fuentes de calor prolongada y repetida como el uso de computadoras portátiles sobre las piernas, el sentarse cerca de estufas, la bolsa de agua caliente o semillas en región lumbar o piernas, no solo como fuente de calor sino también con el fin de aliviar dolores osteomusculares, puede provocar una entidad llamada eritema ab igne.
“Esta entidad es provocada por la exposición constante a temperaturas de 45-47C durante un tiempo mínimo de 2-3 semanas. Se produce por daño de la epidermis y oclusión parcial de los capilares de la dermis, fibrosis y depósito de hemosiderina provocando una lesión en piel de aspecto marrón violácea con patrón reticulado que corresponde al sitio de exposición. Es una entidad benigna, su pronóstico en general es bueno”, dice la especialista, y agrega que “mejora al retirar la fuente de calor, aunque los cambios
pigmentarios pueden persistir durante un largo período de tiempo”. Igualmente, siempre es aconsejable que sea valorada por especialista en el tema.
