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¿Cómo el frío afecta la hipertensión arterial?

Con motivo del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, celebrado cada 17 de mayo, compartimos este artículo para entender de qué se trata esta enfermedad y qué acciones debemos tomar en la antesala del invierno.
Los valores de la presión arterial varían debido a muchos factores externos, y el frío es uno de ellos, pudiendo aumentarlos de forma significativa y causar mayor riesgo de complicaciones vasculares en personas vulnerables.

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en muchos países; estas se relacionan con la dieta, el sedentarismo y el estrés. Entre otros factores de riesgo para padecerlas, se encuentran patologías per se, como sobrepeso y obesidad, diabetes mellitus e hipertensión arterial. Esta última es la enfermedad crónica más frecuente en los seres humanos y puede verse influenciada por distintos factores, entre ellos, el frío.

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Esta estará al nivel más elevado al latir el corazón (presión arterial sistólica), mientras que durante los intervalos de reposo, entre un latido y otro, disminuirá (presión arterial diastólica).Tradicionalmente, se definía a la hipertensión arterial como la elevación sostenida de la presión arterial máxima (sistólica) superior a 140 mmHg y de la mínima (diastólica) superior a 90 mmHg. Pero una reciente recomendación del año 2018 de La Academia Americana del Corazón (AHA), sugiere tener cifras diarias de presión arterial sistólica y diastólica por debajo de 120/80 mmHg, respectivamente. Además, señala que las personas que tienen cifras tensionales sistólicas entre 120-139 mmHg y diastólicas entre 80-90 mmHg se los considera en estado pre hipertensivo. (Ver Tabla 1)

36,6 % de los Uruguayos presentan hipertensión arterial.
Solo la tercera parte de estos hipertensos lo sabe y se trata. ENCUESTA ENFR, MSP 2013.

Efectos del frío sobre la presión

Durante el invierno, los vasos sanguíneos se contraen para conservar el calor corporal, y este mecanismo adaptativo provoca que la presión arterial se eleve hasta 5 mmHg, aumentando el riesgo de padecer complicaciones, especialmente en personas que ya tienen diagnóstico de hipertensión, en diabéticos y en aquellos con insuficiencia renal crónica.En la elevación de la presión arterial inducida por el frío está involucrado el receptor de antiotensina II. Este pertenece a un gran sistema denominado “Sistema renina angiotensina aldosterona (SRAA)” que es el principal responsable de la regulación de la presión arterial. En este sistema actúan muchos de los tratamientos farmacológicos que se utilizan actualmente, como los inhibidores de la renina,inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los antagonistas de los receptores ARA II, entre otros.

Acerca de la prueba de estimulación de frío

La prueba de estimulación de frío se utiliza en las personas con presión arterial normal para predecir cuáles tienen mayor probabilidad de desarrollar hipertensión arterial en el futuro. Esta evaluación consiste en sumergir la mano en agua helada y de forma simultánea medir la presión arterial. Al introducir la mano en agua helada, se estimulan los receptores térmicos y produce dolor, lo que provoca la contracción de los vasos sanguíneos de la mano y de la circulación sanguínea del organismo, y como consecuencia la elevación de la presión arterial.De este modo es posible identificar aquellas personas que son sensibles al frío o también denominadas “hiperreactores” cuando al estar expuestas a bajas temperaturas experimentan un aumento de la presión arterial de 20 mmHg sistólica, diastólica o ambas.

Los Omega 3 pueden ayudar a controlar la hipertensión arterial

Los ácidos grasos omega-3 son esenciales para mantener un equilibrio saludable en el organismo, pero como el cuerpo humano no los sintetiza, estos deben provenir de la dieta.En nuestro organismo, se encuentra en equilibrio la cantidad de ácidos grasos omega-3 y omega-6, ya que estos son esenciales. Pero en la dieta occidental, hay un exceso de ácidos grasos omega-6 y una carencia bastante importante en omega-3. El incremento de estos últimos en el consumo de alimentos diarios y un mayor equilibrio entre ambos ácidos grasos, puede retrasar la coagulación sanguínea, disminuir el dolor y el edema, con efectos beneficiosos en enfermedades como asma, prevención de enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide y cáncer colo-rectal.

El ácido omega-3 compite con el ácido omega-6, haciendo que este último tenga menos efectos deletéreos en el organismo. Pero, ¿dónde se encuentra el omega-3? Podemos hallarlo en los llamados peces azules, verduras de hoja verdes, cereales o en suplementos. El que se extrae para suplementos dietarios del aceite de pescado requiere que los peces sean de buena calidad, sea fresco y se utilice procesamientos en frío, porque los métodos que utilizan calor transforman al producto en biológicamente inactivo. Por suerte, hoy muchos alimentos de la dieta se han enriquecido con omega-3 como la leche de vaca, la leche de soja y los huevos.

Si considera tomar un suplemento de aceite de pescado en cápsulas, hable con su médico.

 

Farmanuario.

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