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Consumo de pornografía: riesgos para la salud sexual y la distorsión de la realidad

En Portal Salud siempre buscamos acercar temas que hacen a la vida diaria de las personas. Y todos los vinculados a la sexualidad tienen que ver con ello. De la mano de la educadora sexual y doctora Fiamma Dellacasa hemos hablado de diferentes tópicos en ese sentido. Y hoy, les traemos otro de ellos: en este caso, vamos a hablar sobre el consumo de pornografía.

A continuación, la reflexión de Fiamma.

La pornografía existe aproximadamente desde el 1970. Si bien una sexualidad sana y placentera debe ser vivida de forma libre (y esto incluye la decisión sobre el consumo de pornografía) hay controversias en cuanto a su recomendación y uso. Te cuento por qué. 

Cuando miramos una película de terror, podemos identificar que es una ficción. Sin embargo con la pornografía no sucede lo mismo, no solo creemos que así se mantienen relaciones sexuales sino que idealizamos esos encuentros, creyendo que así deberían ser.

La verdad es que no hay nada más alejado de la realidad. 

¿Por qué sucede esto?

Porque la sexualidad desde siempre ha sido un tema tabú. Y la pornografía se volvió la única fuente de información a la cual las personas podían (y pueden) acceder para aprender de sexualidad y relaciones sexuales. 

Aunque en realidad lo único que está haciendo es contribuir a desaprender.

¿Qué nos muestra la pornografía?

Cuerpos hegemónicos, vulvas armoniosas, penes de tamaños extraordinarios. Encuentros sexuales de horas de duración.

Sin hablar de que fomenta el no uso de preservativo, se centra únicamente en el placer del varón y toma a la mujer como objeto de consumo y disposición masculina. 

Además de todo esto, el consumo de pornografía tiene también sus riesgos. 

Las escenas que pueden darse en la pornografía son hiperestimulantes del cerebro, es decir que se libera más dopamina que la habitual en un encuentro sexual natural, por lo que a largo plazo podría ser causante de disfunciones sexuales como disfunción eréctil o anorgasmia en los encuentros sexuales con otras personas.

Además, cuánto más pornografía se ve, más se busca, por lo que se comienza a consumir material poco convencional que puede incluir por ejemplo incesto, pero sobre todo violencia. 

Esto puede adentrar a las personas en un círculo vicioso: cuanto más violencia sexual se consume, más posibilidad existe de que se produzcan episodios violentos en la vida real por la activación cerebral que se produce en lo que se llama “neuronas espejo”.

Es por eso que se vincula a nivel social el aumento de crímenes sexuales con el aumento de consumo de pornografía 

violenta. 

Mi recomendación 

Reducí el consumo de pornografía, conectá con tu sexualidad de forma real.

Recordá que si tenés alguna dificultad o algo te molesta de tu vida sexual te espero en mi consultorio.

Podés contactar con la educadora sexual y doctora Fiamma Dellacasa mediante estos canales:

Instagram: https://www.instagram.com/hablemosdesexo2021/ 

WhatsApp: 095 875 204

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