Durante el ejercicio de alta intensidad, tu cuerpo necesita un suministro constante de nutrientes para mantener la energía y maximizar el rendimiento. Por eso, el antes y el después es importante si se trata de alimentación.
Antes de comenzar, es crucial consumir una comida equilibrada que incluya carbohidratos complejos, proteínas magras y grasas saludables. Los carbohidratos proporcionan la principal fuente de energía, así que elegí opciones como avena, arroz integral o frutas como bananas. Las proteínas ayudan a reparar y construir músculo, así que incluí fuentes magras como pechuga de pollo, pavo, pescado, huevos o tofu. Las grasas saludables, como las que se encuentran en paltas, nueces, semillas y aceite de oliva, pueden proporcionar energía adicional y ayudar en la absorción de vitaminas liposolubles.
Durante el ejercicio de alta intensidad, especialmente si dura más de una hora, es importante mantener los niveles de glucosa en sangre para evitar la fatiga y el agotamiento. Las opciones de alimentos durante el ejercicio deben ser fácilmente digeribles y ricas en carbohidratos. Las barras energéticas, los geles de carbohidratos y las bebidas deportivas son buenas opciones para proporcionar energía rápida y fácil de absorber. Las bananas también son una excelente fuente de carbohidratos naturales y potasio, que pueden ayudar a prevenir calambres musculares.
Y después del ejercicio, tu cuerpo necesita nutrientes para recuperarse y reparar los tejidos musculares dañados. Priorizá las proteínas magras para ayudar en la reparación muscular, junto con carbohidratos para reponer las reservas de glucógeno agotadas durante el ejercicio.
También es importante rehidratarse adecuadamente después del ejercicio, así que tomá suficiente agua para reemplazar los líquidos perdidos durante el entrenamiento.