Acaba de concluir un nuevo período de movilidad regulada de usuarios del Fondo Nacional de Salud, que pudieron durante todo el mes de febrero optar por cambiar de prestador de salud. Llamó la atención el escaso número de cambios solicitados, lo que puede interpretarse como un elemento de conformidad de los usuarios con su institución de salud.
Este año el cierre del período coincidió con la semana de carnaval, por lo cual incluso hubo más tiempo y posibilidades de cambiar.
Pese a que estas facilidades y a que el cambio se realizaba simplemente inscribiéndose en la nueva mutualista elegida y sin más trámite ni necesidad de argumentar o explicar el porqué o los motivos del cambio, los cambios fueron muy pocos, registrándose el menor porcentaje de traslados desde el inicio de la reforma de la salud.
Se confirmó la fidelidad
de los afiliados a su Mutualista
Este año se encontraban habilitados para cambiarse 2 de cada 3 personas incluidas en el FONASA, una cifra de 1:620.000 usuarios. Sin embargo, menos de 60.000 personas (un 3,4% de los habilitados) decidieron optar por cambiar de prestador.
La mayor variedad de instituciones y también las mayores posibilidades de cambio, se dan en Montevideo y Canelones, donde conviven una docena de mutualistas y cooperativas médicas. En el resto del interior mayoritariamente no hay otra opción que elegir la mutualista de FEMI o el Hospital Público de ASSE.
Pese a ello, tampoco en Montevideo se registró una gran movilidad.
En este Corralito 2017, no sólo hubieron pocos cambios, fueron menos de 60.000, sino que además el porcentaje sigue bajando respecto a años anteriores: de 3.9% en el 2016 se bajó a 3.4% en 2017.
Estabilidad:
¿signo de madurez del Sistema de Salud?
Los resultados de este “corralito mutual” parecen confirmar una etapa de madurez progresiva del Sistema de Salud de Uruguay.
Es destacable que en Uruguay toda la población se encuentra cubierta -en un 100%- con servicios de atención médica integral y a la vez, se encuentra en general satisfecha como lo muestra la decisión de no cambiar de institución.
Los resultados comprobados –sólo el 3% de los que pueden cambiarse, efectivamente se cambian- son concordantes con las encuestas de satisfacción de los usuarios, que en sus sucesivas instancias –que son de realización obligatoria para las Mutualistas y deben ser entregadas al MSP- han constatado niveles de satisfacción superiores al 90%.Debe tenerse en cuenta además que el cambio de mutualista se motiva en algunos casos por cambios de domicilio, no necesariamente por disconformidad con la institución.
Sin duda que queda mucho por mejorar en el sistema de salud de Uruguay –uno de los temas pendientes es la integración de la Farmacia Comunitaria-. Sin embargo, debe reconocerse que el contraste con los países vecinos, donde el acceso a la salud es limitado, es evidente.