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Gripe estacional: volviendo al futuro

La gripe estacional o influenza es una infección respiratoria aguda causada por el virus de la influenza, que puede causar enfermedad leve a grave. Sigue siendo uno de los mayores desafíos de salud pública del mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año se producen unos mil millones de casos de gripe, de los cuales tres y cinco millones son graves, provocando entre 290000 y 650000 muertes respiratorias al año.

Las infecciones por virus influenza pueden presentarse como epidemia o pandemia. El concepto de epidemia es la propagación de enfermedades infecciosas en un país que atacan a un gran número de personas. Por otro lado, se trata de una pandemia, cuando la epidemia afecta a varios países y continentes debido al poder invasor del virus que causa la infección, como ocurrió con la COVID-19. Previo a la pandemia, en Uruguay era habitual que se presentaran endemias de influenza en los meses de frío. Dado que comenzará el invierno en las próximas semanas, se espera que esto vuelva a ocurrir.

Etiología

Existen cuatro serotipos de virus de influenza: A, B, C y D. El virus está formado por una nucleoproteína que clasifica al virus en A o B, y por glicoproteínas hemaglutininas (H) y neuraminidasas (N), que de acuerdo al tipo, clasifica a los virus en H1, H2, H3, N1 y N2.

  • Los virus de tipo A se clasifican a su vez en subtipos de acuerdo con las combinaciones de las proteínas en su superficie. Actualmente circulan entre los seres humanos los subtipos A(H1N1) y A(H3N2). El A(H1N1) también se conoce actualmente como A(H1N1)pdm09, ya que causó la pandemia de 2009 y sustituyó al virus A(H1N1) que circulaba hasta entonces. Todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus gripales de tipo A.
  • Los virus de tipo B no se clasifican en subtipos, pero pueden dividirse en linajes: B/Yamagata y B/Victoria.
  • Los virus de tipo C se detectan con menos frecuencia y suelen causar infecciones leves, por lo que carecen de importancia desde el punto de vista de la salud pública.
  • Los virus de tipo D afectan principalmente al ganado y no parecen ser causa de infección ni enfermedad en el ser humano.

Los de tipo A y B circulan y causan endemias o epidemias estacionales de la enfermedad. Tienen escasa resistencia al medio ambiente y la vía de eliminación es a través de las secreciones respiratorias que explican su mecanismo de trasmisión aéreo directo; se transmite de persona a persona a través de la tos, estornudos y de objetos directamente contaminados. 

La virulencia o capacidad de infectar reside en la transmisibilidad (difusión de huésped a huésped), variedad de hospedadores, genética del virus y células que afecte.

Cuadro clínico

Luego de un período de incubación de 24 a 48 hs, aparecen de forma aguda:

  • fiebre, 
  • cefalea,
  • dolores musculares,
  • malestar general,
  • tos seca y
  • congestión nasal.

La evolución es autolimitada y cura sin secuelas. En los casos graves se presenta con insuficiencia respiratoria aguda.

Tratamiento

El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas, para lo cual es necesario reposo, hidratación y el uso de analgésicos para los dolores musculares y fármacos descongestivos y antihistamínicos para el resto de los síntomas. En caso de insuficiencia respiratoria será necesario oxigenoterapia e incluso apoyo ventilatorio.

Sobre el tratamiento específico, se encuentra disponible oseltamivir, un antiviral inhibidor de la neuraminidasa (NA), enzima responsable de la liberación del virus de las células infectadas para diseminarse a otras. La evidencia disponible es limitada y de baja calidad, por lo que su beneficio sobre la mortalidad es incierto, habiendo demostrado reducir la hospitalización en pacientes en cuidados moderados 1 día, lo cual es clínicamente poco relevante. El mayor beneficio parecería ser en pacientes críticos con requerimiento de ventilación mecánica, debiendo administrarse 150 mg/día en las primeras 48 horas desde iniciada la enfermedad.

Prevención

La vacunación es la mejor estrategia de prevención. La vacuna se rediseña cada año dada la elevada tasa de mutaciones que presenta el virus, incluyendo los tres tipos de virus que se espera tengan mayor prevalencia ese año, a partir de datos epidemiológicos del año anterior.

Las vacunas antigripales son vacunas inactivadas y se desarrollan a partir de virus fragmentados o subunidades de vacunación que contienen proteínas antigénicas, hemaglutinina y neuraminidasa.

En nuestro país, el martes 1º de abril comenzó la campaña de vacunación antigripal, que es gratuito y universal y se brinda en vacunatorios públicos y privados de todo el país.

Se priorizaron los grupos de mayor riesgo, que incluye:

  • Personal de la salud
  • Personal de servicios esenciales (docentes, bomberos, policías, militares)
  • Adultos mayores de 65 años
  • Portadores de enfermedades crónicas
  • Inmunocomprometidos
  • Niños a partir de los 6 meses hasta los 5 años
  • Personas gestantes y puérperas hasta los 6 meses posteriores al parto

Bibliografía

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