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Hablemos de herpes

Ocho de los más de ochenta herpesvirus conocidos son capaces de
generar enfermedades en los humanos. El virus del herpes simple humano
(VHS) es una infección contagiosa muy frecuente en la población general, que
puede ser grave en las personas inmunodeprimidas. También puede producir
afectación en la calidad de vida de los pacientes por dolor, molestias y lesiones
visibles en la piel, siendo capaz de afectar el rostro y los genitales con varios
empujes a lo largo de la vida.

El herpes es causado por un virus que se transmite de persona a
persona por medio del contacto físico estrecho por lo general en rostro, zona
genital o anal. La mayoría de las infecciones genitales son causadas por el
virus del herpes simple-2 (VHS-2), pero el virus del herpes simple-1 (VHS-1)
también produce una enfermedad clínicamente similar que está en aumento.
Anteriormente, se consideraba que el VHS-1 producía herpes no genital y el
VHS-2 genital; sin embargo, esto ha cambiado.

Esta enfermedad no tiene cura y suele causar más problemas durante los
primeros años. Mientras que algunas personas con herpes jamás tienen
síntomas, otras pueden presentarlos a las pocas semanas de haber sido
infectadas. En este caso, cuando el virus está activo pueden tomarse
medicinas que disminuyan o eviten las sintomatologías. Por lo general, una de
las manifestaciones más frecuentes del herpes son las ampollas que se
agrupan como en “racimos” en la zona afectada. Estas pueden convertirse en
llagas abiertas dolorosas que luego se vuelven costras al curarse. Otros
síntomas incluyen: ampollas en boca o labios, fiebre, dolor de cabeza, dolor en
las articulaciones y problemas para orinar. La primera vez que aparecen los
síntomas suelen ser peores y pueden durar hasta de dos a tres semanas. Los
empujes que ocurren después de la primera vez no suelen ser tan intensos ni
durar tanto tiempo, aunque su periodicidad es relativa: pueden producirse todos
los meses o solo un par de veces al año. A veces, las personas se dan cuenta
cuándo va a ocurrir un brote porque sienten picazón, dolor o sensación de
electricidad en la zona, mientras que otras no lo perciben por no presentar
ningún síntoma.

Existen ciertos factores llamados “desencadenantes” que pueden aumentar la
probabilidad de los brotes: el estrés, las radiaciones ultravioletas del sol o las
camas solares, la menstruación o cualquier condición o medicación que baje
las defensas puede propiciar la aparición de herpes. Ante su presencia, el
profesional tratante puede recetar diferentes medicinas para ayudar a disminuir
los síntomas y acelerar la mejoría del empuje. Los medicamentos funcionan
mejor cuando la persona empieza a tomarlos en el momento en que comienza
a manifestarse la enfermedad e idealmente el tratamiento debe iniciarse dentro
de las 72 horas posteriores a la aparición de la lesión. La terapia antiviral
reduce la duración y la gravedad de la enfermedad de días a semanas con
efectos adversos mínimos del fármaco, así como también el desarrollo de nuevas lesiones.

La minoría de los pacientes puede presentar una enfermedad grave en cuyo caso se beneficia de recibir medicación intravenosa. La terapia antiviral tópica no tiene ninguna función en el tratamiento del herpes simple.
Varios estudios han demostrado que no hay ventajas en asociar tratamiento
con cremas al tratamiento vía oral; sin embargo, hay pacientes que refieren
mejoría, por lo cual cada terapia debe ser individualizada.
Ahora bien, algunos se preguntarán: ¿hay algo que pueda hacer por mi cuenta
para sentirme mejor? La respuesta es sí. Para disminuir el dolor durante un
empuje se recomienda tomar medicinas para el dolor de venta sin receta como
paracetamol, ibuprofeno o dipirona (evite la aspirina). Si se trata de un herpes
facial, se recomienda evitar la exposición al sol o camas solares; si es un
herpes genital, se puede realizar un baño de asiento en agua tibia durante unos
20 minutos, adicionar malva o manzanilla para aliviar más aún los síntomas, y
mantener la zona genital limpia y seca evitando usar ropa ajustada. En caso de
embarazadas, es aconsejable hablar con su médico. Un bebé puede contraer
herpes durante el parto, especialmente si el primer empuje de la madre
comienza cerca del momento del nacimiento.

¿Qué puedo hacer para evitar contagiar a mi pareja sexual con herpes?

El herpes simple genital es una infección por virus de transmisión sexual
común que se encuentra en todo el mundo. Primero hay que saber que existen
más probabilidades de contagiar el herpes a una pareja sexual si se tienen
ampollas y llagas abiertas en el cuerpo, aunque también es posible el contagio
si no se tiene ningún síntoma. Eso se debe a que el herpes puede estar
presente en el cuerpo sin presentar manifestaciones como ampollas o dolor.
Comunicarle a nuestra pareja sexual que tenemos herpes puede ser difícil,
pero esto es lo que debe hacerse para ayudar a protegerla ya que existen
formas de reducir el riesgo de contraer la infección. Además de incluir una
medicina antiviral a diario, estas son las mejores maneras de disminuir el
contagio:
● Utilizar un condón siempre que se tengan relaciones sexuales.
● Evitar las relaciones sexuales cuando existen síntomas.
● Evitar el sexo oral si se tienen ampollas o llagas abiertas (en la zona genital o
alrededor de la boca).

Dra. Alejandra Larre Borges

Fuente: www.uptodate.com

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