El sufrir un infarto siempre marca un antes y un después en la vida del paciente. Y es que se ve obligado a cambiar hábitos y a incorporar otros. Por ejemplo, la ingesta de nuevas medicaciones. Y ese puede ser un obstáculo para mantener a raya la posibilidad de nuevos episodios de afectación cardiovascular.
Después de un infarto, por ejemplo, es habitual indicar tomar fármacos para controlar la hipertensión, el colesterol y la posible formación de cálculos. Eso implicaría al menos tres fármacos que el paciente debe incorporar a su vida.
Para facilitar ese camino, el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España y Laboratorios Ferrer desarrollaron una pastilla que “reduce significativamente el riesgo de sufrir un nuevo problema grave de corazón así como la mortalidad por causas cardiovasculares en comparación con la terapia convencional”, recoge el sitio El Mundo.
Una reciente investigación publicada en la revista New England Journal of Medicine demuestra que la “polipíldora”, como se le llama, “contiene en una misma presentación ácido acetilsalicílico (aspirina), atorvastatina (para el colesterol) y ramipril (un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina -IECA- que se emplea para el control de la hipertensión y estabilizar las arterias coronarias)”.
«Los resultados son muy espectaculares y, por primera vez muestran que la polipíldora logra reducciones clínicamente relevantes en los eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio», dice Valentín Fuster, director del CNIC e investigador principal del estudio.
“La investigación, de fase III, ha realizado un seguimiento durante una media de tres años a casi 3.000 pacientes de 7 países europeos (España, Alemania, Francia, Italia, Hungría, Polonia y República Checa) que habían sufrido un infarto en los seis meses anteriores. El 31% eran mujeres y la edad promedio era de 76 años. De forma aleatoria, a parte de los participantes se les asignó tratamiento con polipíldora (con distintas composiciones, en función de sus necesidades) mientras que el resto fue tratado con la terapia convencional, con comprimidos distintos para cada tratamiento). El seguimiento de los participantes mostró que la aparición de nuevos problemas cardiovasculares, como infartos o ictus, fue menos frecuente en el grupo de los tratados con polipíldora (9,5%) con respecto a quienes recibieron la medicación convencional (12,7%)”, recoge el sitio.
«Especialmente relevantes son los efectos de la polipíldora sobre una de las variables más determinantes, la incidencia de muerte cardiovascular, que disminuyó en un 33%, pasando de 71 pacientes en el grupo de tratamiento habitual a 48 en el grupo de polipíldora»,apuntó el CNIC en un comunicado.
Además, la investigación también demostró que la adherencia al tratamiento entre los pacientes tratados con polipíldora era mayor que la del resto.
La polipíldora ya recibió el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Y sus responsables esperan iniciar los trámites para su aprobación por parte de la FDA, la agencia que regula los medicamentos en Estados Unidos.
Fuente: El Mundo / Portal Salud